4. Los relatos de la infancia de Jesús – Leonardo Godinho Nunes

Declaración de objetivos

Este capítulo tiene como objetivo profundizar en tres aspectos de la vida de Jesús:

  • La primera parte, se propone analizar la cuestión de la posible fecha del nacimiento de Jesús, tomando como punto de partida el año de su bautismo, su edad en ese momento y la fecha de la muerte de Herodes.
  • La segunda parte, estudia los eventos relacionados con el nacimiento e infancia del Maestro a partir de los evangelios de Mateo y Lucas, más el libro El deseado de todas las gentes de Elena de White.
  • La tercera y última sección, expone y evalúa varios relatos extra bíblicos acerca de los “años ocultos” de la vida de Cristo, contrastando datos de algunos evangelios apócrifos y citas de Elena de White con el propio texto bíblico.

Fecha del nacimiento de Jesús1

Los escritores del Nuevo Testamento no estaban preocupados por la fecha, sino por los hechos y enseñanzas del ministerio de Cristo. Por lo tanto, es difícil trazar cronológicamente todos los acontecimientos de la vida de Jesús. Todos los intentos de componer cronogramas, incluso los más válidos, son imprecisos, ya que en la época de Jesús existían muchas maneras de computar el tiempo y de entender el calendario. A pesar de que el Imperio Romano estaba políticamente unificado en los tiempos de Jesús, los calendarios usados en los territorios sometidos no eran uniformes, debido a diferencias culturales y religiosas. Algunos pueblos usaban el calendario lunar y otros el solar, dificultando obviamente nuestro estudio de la cronología. Durante el período helenístico, los calendarios locales variaban incluso de ciudad a ciudad.2

Los evangelios hablan muy poco sobre la infancia de Jesús. En cuanto a su nacimiento, prácticamente todos los libros del Nuevo Testamento silencian el asunto. Sólo Mateo y Lucas hablan directamente de este acontecimiento. Mateo, en la primera sección de su narrativa, aborda los siguientes temas relacionadas con la infancia de Jesús : su concepción sobrenatural, engendrado por obra del Espíritu Santo en la joven María (Mateo 1:18); la aparición de un ángel del Señor para aclarar a José lo sucedido (Mateo 1:20- 22) como cumplimiento de la profecía (Isaías 7:14), la visita de los magos (Mateo 2:1-12), la orden de Herodes3 para matar a todos los niños menores de dos años (Mateo 2:16) y la fuga de la familia a Egipto (Mateo 1:13-14). A continuación, ya no se mencionan más detalles sobre la infancia de Jesús; la siguiente escena descrita es la de su bautismo (Mateo 3:13-16).

La perspectiva de Lucas es diferente a la de Mateo, con elementos nuevos en la narrativa: el motivo de la ida de José y María a Belén (Lucas 2:1-3), los ángeles y los pastores que testifican del nacimiento de Jesús (Lucas 2:8-10), y la presentación del niño en el templo. Después el lector se encuentra a Jesús, ya con doce años, discutiendo con los doctores en el templo (Lucas 2:41-51). Como Mateo, los pasajes siguientes cuentan la historia de Juan el Bautista, el bautismo de Jesús, y su genealogía (Lucas 3:1-38).

Desde el punto de vista de la historia, el libro de Lucas contribuye de modo significativo para descubrir algo más sobre la fecha del nacimiento de Jesús, situándola en la historia. Así, Augusto César decreta un censo de todo el imperio, y Quirino, gobernador de Siria, lo ejecuta en esa zona. El decreto determinaba que todos debían ir a empadronarse a su ciudad natal (Lucas 2:1-3). Lucas (3:1, 23) afirma que en el quincuagésimo año de Tiberio se inició el ministerio de Juan el Bautista, y que Jesús fue bautizado poco después, a la edad aproximada de treinta años.

La declaración de Lucas sobre el censo promulgado por el emperador Augusto, ha levantado una serie de cuestionamientos históricos y controversias entre los eruditos, pues no existe ningún registro de ninguna ley de Augusto sobre un censo universal4. Josefo5 y Tácito no mencionan el censo en el período referido por Lucas,6 y en cuanto a Quirino hay una larga discusión sobre si ocupaba la posición adecuada para ejecutar tal censo en ese período y cuándo lo hizo, por lo que resulta incierto sacar conclusiones a partir de esos datos.7

Sobre la fecha de la ascensión de Tiberio al poder, hay al menos dos interpretaciones, esa fecha debería calcularse a partir del año en que Tiberio empezó a compartir el liderazgo con Augusto, o a partir de cuando ya lideraba solo. En la costumbre romana, la cuenta comenzaba cuando Tiberio gobernaba junto a Augusto, y en ese caso, el momento descrito por Lucas 3:1 ocurriría aproximadamente en el año 781-782 de la fundación de Roma, o sea, en el 28-29 d.C. Como Tiberio era un gobernante romano y Teófilo podría haber sido también un oficial romano8, Lucas pudo haber usado el cómputo romano. Sin embargo, era común en el oriente, principalmente en Antioquía, donde probablemente Lucas escribió su evangelio, que se calculasen las fechas a partir del momento en que el emperador comenzaba a gobernar solo. En ese caso, el decimoquinto año de Tiberio, sería aproximadamente el año 779-780 de la fundación de Roma, es decir, el año 26-27 de nuestra era.

A partir de esa fecha, retrocediendo treinta años, que conforme a Lucas 3:23 sería aproximadamente la edad de Jesús, en el momento de su bautismo,9 llegamos al nacimiento de Jesús alrededor del año 3-4 a.C. Pero esta conclusión parece entrar en conflicto con Mateo 2:16, ya que según ese texto, Herodes el Grande todavía vivía cuando Jesús nació, y todos los estudios fiables datan la muerte de Herodes en el año 4 a.C. Sabemos además, que Herodes murió inmediatamente después de un eclipse lunar, en algún momento después de la Pascua, lo que debe haber ocurrido entre marzo y abril del año 4 a.C., pues es exactamente en ese período que ocurre ese fenómeno, ni antes ni después.10 Así lo confirma el historiador Flavio Josefo11 (aunque en su libro Guerras de Israel sitúa la muerte de Herodes en el año 3 a.C., porque no cuenta el año de ascensión, ya en su libro Antigüedades Judaicas utiliza el recuento inclusivo y pone la muerte de Herodes en el año 4 a.C.). Siendo que Jesús, nació antes de la muerte de Herodes en 4 a.C., y que en ese momento probablemente tenía menos de dos años, podemos concluir, de acuerdo con el relato de Mateo 2:16 y Lucas 3:1:23, que Jesús nació entre el año 4 y 6 a.C.

Lucas, da otro indicio interesante para situar más concretamente la época del año del nacimiento de Jesús (Lucas 2: 8 y Lucas 1: 5). La presencia de los pastores en las cercanías cuando Cristo nació demuestra que allí no era invierno (entre diciembre y febrero). Lo común sería encontrar pastores trashumantes acampando con sus rebaños de noche entre marzo y octubre, es decir, en cualquier estación excepto en invierno. Por otra parte, Lucas 1: 5 menciona que Zacarías, padre de Juan el Bautista, era sacerdote del turno de Abias (octavo turno). Los sacerdotes se repartían en 24 turnos conforme a sus familias para organizar el servicio del santuario (1 Crónicas. 24:1-4, 7-19). Cada turno oficiaba durante siete días (1 Crónicas. 9:25, 2 Crónicas 23: 8). Pero en la época de las tres grandes fiestas judías (Pascua, Pentecostés y Tabernáculos), los 24 grupos debían presentarse al templo y oficiar todos juntos.12 Así, según los datos de que disponemos13 el octavo turno (Abias) realizaba sus actividades después de la fiesta de Pentecostés, probablemente en el segundo sábado del mes de siván14 (mayo/junio).15 Tras finalizar su turno16 Zacarías regresa a su ciudad (Lucas 1:23). El relato bíblico precisa que “pasados esos días” Elisabeth quedó embarazada (Lucas 1:24). Tomando la fecha de la concepción de Juan el Bautista en un corto intervalo después del regreso de Zacarías a su casa, y contando a partir de ahí nueve meses de gestación, tendremos el posible nacimiento de Juan el Bautista en torno al mes de nisán (marzo/abril).

Siendo que Lucas 1:26-27, 36 sitúa el embarazo de María seis meses después del nacimiento de Juan el Bautista (probablemente en la pascua) tenemos el nacimiento de Jesús aproximadamente en la tercera semana de tishrei (septiembre/octubre), es decir, en el período de la fiesta de los Tabernáculos, una fiesta de siete días que anunciaba la era del reino de Dios y la redención de Israel17. Luego, el nacimiento de Jesús en ese contexto presentaría un interesante contenido simbólico.

Lucas 3:23, corrobora esta hipótesis, pues teniendo en cuenta que el ministerio de Jesús duró tres años y medio y fue crucificado en la pascua (14/15 de nisán), retrocediendo treinta años y medio (o añadiendo seis meses a partir de este evento) tendríamos el nacimiento de Jesús durante la fiesta de las cabañas /tabernáculos. Ahora bien, el mes del nacimiento de Jesús sólo podría corresponder con esa fiesta si el año de su nacimiento fuera un año de doce meses del calendario judío18. Por lo tanto, después de tener en cuenta todos esos factores en correspondencia con nuestro actual calendario occidental, el posible año del nacimiento de Jesús se encuentra entre 4-5 a.C., teniendo lugar probablemente, entre septiembre y octubre, en la semana de la fiesta de los tabernáculos.

La infancia de Jesús

Relatos según Mateo y Lucas19

La investigación histórica sobre la vida de Jesucristo, ha representado una gran tarea para muchos estudiosos a lo largo de los años. La mayoría de ellos aportaron una significativa contribución presentando información pertinente sobre la vida pública del Gran Maestro. Es normal, porque, como dice la Escritura, “Dios, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo” (Hebreos 1:1). Múltiples trabajos acerca de su persona, exploran su ministerio y muerte. En efecto, “Son muchos los que se detienen con interés en el período de su ministerio público, mientras pasan por alto la enseñanza de sus primeros años”.20 Incluso en el NT solo los evangelios de Mateo y Lucas nos hablan de su nacimiento e infancia. Mateo, deseando aclarar de entrada la cuestión de sus orígenes como digno Mesías, comienza inmediatamente por su genealogía. El propósito del evangelista Lucas, al comenzar su relato mencionando otras informaciones sobre los orígenes de la vida del Salvador, y a partir de otra genealogía, revela otras intenciones. Esto no ocurre por carecer de suficientes referencias sobre este hecho, sino por existir varias fuentes, pues Lucas mismo dice: “ muchos han tratado de poner en orden la historia” (Lucas 1:1).

Con el fin de seguir el orden cronológico de los eventos relatados por los evangelios de Mateo y Lucas, vamos a abordar los relatos en la siguiente secuencia: (Lucas 1:1-4) necesidad de investigación sobre la historia de Jesús; (Mateo 1:1-17, Lucas 3:23-38) la genealogía de Jesús; (Lucas 1:5-7) la pareja Zacarías y Elisabeth; (Lucas 1:8-23) el ángel habla con Zacarías en el santuario; (Lucas 1:24:25) Elisabeth queda embarazada; (Lucas 1:26-38) el ángel predice el nacimiento de Jesús a María; (Mateo 1:18-25) el ángel visita a José en sueños; (Lucas 1:39-45) visita de María a Elisabeth; (Lucas 1:46-56) cántico de María; María regresa a casa; (Lucas 1:57-66) el nacimiento de Juan el Bautista; (Lucas 1:67-80) cántico de Zacarías; (Lucas 2:1-7) el nacimiento de Jesús; (Lucas 2:8-20) los ángeles anuncian a los pastores el nacimiento de Jesús; (Lucas 2:21-24) Jesús es llevado al templo para ser circuncidado; (Lucas 2:25-35) Simeón reconoce a Jesús como el Salvador; (Lucas 2:36-38) Ana, la profetiza, también lo reconoce como Redentor; (Mateo 2:1-12) visita de los magos en Belén; (Mateo 2:13-15) huída a Egipto; (Mateo 2:16-18) orden para matar a los niños; (Mateo 2:19-21) el regreso de Egipto; (Mateo 2:22-23, Lucas 2:39-40) Jesús vuelve a Galilea y su crecimiento; (Lucas 2:41-52) visita de Jesús al templo de Jerusalén a los doce años.

Nacimiento de Juan el Bautista

Tras evocar la genealogía de Jesús, su historia se inicia con un preámbulo familiar. En efecto, Zacarías el sacerdote del turno de Abías, casado con Elisabeth del linaje de Aarón, y emparentada con María, ejercía su ministerio en el santuario (Lucas 1:5, 8-9), cuando el ángel Gabriel (Lucas 1:19) se le presenta durante el ejercicio de su función y le anuncia: “tu mujer Elisabeth dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan” (Lucas 1:11-13). Al escuchar tan inesperada promesa, el sacerdote no consiguió creer en las palabras del mensajero celestial, dejando el templo sin poder hablar por determinación divina (Lucas 1:20-22). El relato continúa con el fin de su turno (Lucas 1:23), y su regreso a casa, desplazando la escena a Elisabeth embarazada (Lucas 1:24).

El mismo ángel que había aparecido a Zacarías, se dirige después a María (Lucas 1:26), saludándola, y haciéndole saber que sería madre de un hijo llamado Jesús, al que describe como “Hijo del Altísimo” y heredero del trono de David (Lucas 1:31-32). Tras el encuentro del ángel con María, será necesaria otra visita del ángel en sueños a José (Mateo 1:18-25), sorprendido por el embarazo de María, en la que el heraldo celestial reivindica el fruto generado en el vientre de ella como obra del Espíritu Santo (Mateo 1:20), convenciéndole a tomarla por mujer (Mateo 1:24).

Poco después, en alguna población cercana de Judea (Lucas 1:39), María encuentra a Elisabeth su parienta, en estado avanzado de gestación. Al oír el saludo de María, el niño Juan se mueve en el vientre de su madre, entonces Elisabeth, llena del Espíritu Santo se alegra exaltando al Señor. María también eleva su voz en cántico de gratitud a Dios, y permanece en casa de Elisabeth durante tres meses (Lucas 1:56). María vuelve a su casa en Galilea, de donde saldría hacia Belén a causa del censo. Obviamente, algún tiempo después de la partida de María, Juan el Bautista nace (Lucas 1:26, 56). Y al igual que María e Elisabeth, Zacarías canta bendiciendo al Señor Dios (Lucas 1:57, 67-79).

El relato del nacimiento de Jesús

Después del nacimiento de Juan el Bautista, el evangelio de Lucas relata (Lucas 2:1-7) que José y María partieron de Nazaret en Galilea a la ciudad de Belén en Judea, debido al censo promulgado por Augusto César. De acuerdo con el relato de los evangelios, es interesante notar que acontecimientos humanos aparentemente sin relación entre sí, anticipan algunos hechos de la historia de la salvación, como el nacimiento de Jesús, su huida a Egipto y su regreso. “Como antaño Ciro fue llamado al trono del imperio universal para que libertase a los cautivos de Jehová, así también Augusto César hubo de cumplir el propósito de Dios de traer a la madre de Jesús a Belén”.21

Por el acontecimiento del censo tiene lugar en Belén el nacimiento de Jesús (Lucas 2:1-7). Este nacimiento está anunciado por mensajeros celestiales a unos pastores de ovejas (Lucas 2:8-9). “En los campos donde el joven David apacentara sus rebaños, había todavía pastores que velaban. Durante las silenciosas horas de la noche, hablaban del Salvador prometido, y oraban por la venida del Rey al trono de David”22. Los pastores se encaminaron hasta Belén encontrando al bebé conforme el ángel había relatado (Lucas 2:8-17).

“Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos” (Mateo 2:1), guiados por una estrella para adorar al Salvador (Mateo 2:2). “Los magos habían visto una luz misteriosa en los cielos la noche en que la gloria de Dios inundó las colinas de Belén. Al desvanecerse la luz, apareció una estrella luminosa que permaneció en los cielos. No era una estrella fija ni un planeta, y el fenómeno excitó el mayor interés. Esa estrella era un distante grupo de resplandecientes ángeles, pero los sabios lo ignoraban”.23 “Entrando en la ciudad santa, se dirigieron hacia el templo. Para su gran asombro, no encontraron allí nadie que pareciese saber nada del recién nacido Rey”.24

Los magos del oriente eran filósofos, integrantes de un grupo de influyentes y ricos hombres, nobles de nacimiento.25 El Nuevo Testamento testifica de su elevado estatus social describiendo el fácil acceso que tuvieron a ser recibidos por la mayor autoridad local de la época, el rey Herodes en persona (Mateo 2: 8-9). No se sabe si eran nativos de Babilonia, cuna de la astronomía, o de cualquier otro lugar. No existe un interés visible en Mateo por precisar su procedencia, limitándose a dar la vaga referencia geográfica de “sabios de Oriente” (Mateo 2:1).

La curiosidad al vislumbrar una estrella diferente en el cielo podría haberlos llevado a examinar las escrituras hebreas, pues hay posibilidad de una anterior interacción de ellos con alguna colonia judía. Además, parece que había en su tierra escritos proféticos, “que predecían la venida de un maestro divino”.26 El relato bíblico revela un deseo divino de guiar a estos hombres al Salvador (Mateo 2:2, 9), dirigiéndolos a Jerusalén y luego guiándolos hasta Belén “donde estaba el niño” (Mateo 2: 9 ). Elena de White aclara que la estrella que flota sobre el cielo y guió a los magos “No era una estrella fija, ni un planeta, […] Aquella estrella era un lejano grupo de ángeles resplandecientes”.27

La búsqueda del recién nacido por los magos llegó a los oídos del pueblo y también de Herodes provocando alboroto en toda Jerusalén. Los sacerdotes y escribas, quedaron atónitos al ser indagados “¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido?” (Mateo 2:1-2). A pesar del conocimiento profético de los rabinos sobre el surgimiento del Mesías (Mateo 2:4-6, Miqueas 5:2), todos rechazaban que el Redentor de Israel pudiese venir al mundo de forma tan silenciosa. “La nación judía había sido conservada como testigo de que Cristo había de nacer de la simiente de Abrahán y del linaje de David; y sin embargo, no sabían que su venida se acercaba. En el templo, el sacrificio matutino y el vespertino señalaban diariamente al Cordero de Dios; sin embargo, ni aun allí se habían hecho los preparativos para recibirle. Los sacerdotes y maestros de la nación no sabían que estaba por acontecer el mayor suceso de los siglos”.28 Éstos, por solicitud de Herodes, mencionan que el Rey habría de nacer en Belén (Mateo 2:5-6). “Herodes temió que los sacerdotes estuviesen maquinando con los extranjeros para excitar un tumulto popular que lo destronase”.29

Sin duda, entre el nacimiento de Jesús y la llegada de los magos, a los cuarenta días del parto, treinta y tres días después de su circuncisión (Lucas 2:21-38, Levítico 12:2-8), Jesús fue humildemente presentado en el templo, en Jerusalén. El sacerdote en funciones, que sin duda había presentado a Dios el primogénito de innumerables parejas, no percibió estar delante del Creador. Este sacerdote “día tras día cumplía con la rutina de su trabajo, casi sin prestar atención a padres o niños, a menos que notase algún indicio de riqueza o de alta posición social en los padres. José y María eran pobres; y cuando vinieron con el niño, el sacerdote no vio sino a un hombre y una mujer vestidos como los galileos, y con las ropas más humildes. No había en su aspecto nada que atrajese la atención, y presentaban tan sólo la ofrenda de las clases más pobres. El sacerdote cumplió la ceremonia oficial. Tomó al niño en sus brazos, y le sostuvo delante del altar. Después de devolverlo a su madre, inscribió el nombre “Jesús” en el rollo de los primogénitos. No sospechó, al tener al niñito en sus brazos, que se trataba de la Majestad del Cielo, el Rey de Gloria”.30 Jesús, sin embargo, fue reconocido por dos testigos que lo reconocieron como el prometido Mesías (Lucas 2:25-33) que traería la redención a Jerusalén: Ana y el anciano Simeón (Lucas 2:36-38).

Después de la visita de los magos al bebé y “el objetivo de su viaje fuera cumplido”,31 reciben un mensaje divino para volver al oriente por una ruta alternativa, evitando pasar por Jerusalén (Mateo 2:12). “Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José ordenándole huir a Egipto para proteger al niño de la furia de Herodes (Mateo 2:13-14, 16–18). “Y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo” (Mateo 2:15). “Pero después de muerto Herodes” (Mateo 2:19), José fue advertido por el ángel del Señor a volver a Israel, “y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret” (Mateo 2:23; Lucas 2:39), ciudad de Galilea, donde permaneció durante su infancia. “Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él” (Lucas 2:40).

La vida oculta de Jesús: adolescencia y juventud32

En todas las Escrituras encontramos sólo una única referencia a lo que algunos llaman “los años ocultos” de Jesús. En Lucas 2:41-52 lo encontramos a los 12 años, subiendo con la familia de Nazaret a Jerusalén, para celebrar la Pascua. Terminada la Pascua, regresando sus padres a casa, percibieron que el niño Jesús se había quedado en Jerusalén. Lo buscaron durante 3 días y volvieron a la ciudad de Jerusalén, donde lo encontraron en el Templo discurriendo de las Escrituras con los sacerdotes. “Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas” (Lucas 2:47). ¡Eso es todo! Cuando Jesús vuelve a aparecer en el relato bíblico ya es un adulto de más o menos 30 años que pide ser bautizado por Juan el Bautista en el río Jordán. Ahí comienza su ministerio público (año 27 d.C.)33 ¿Pero qué hizo Jesús de los 12 a los 30 años? ¿Cuál fue su formación? ¿Cómo fue su vida en esos 18 “años ocultos”?

Varias son las teorías especulativas e hipótesis inferidas detrás de los textos bíblicos, basadas sobre todo en varios manuscritos apócrifos relacionados con la infancia de Jesús. El primero, es el llamado Pseudo Evangelio según Tomás, probablemente del siglo segundo,34 que cuenta una narración semejante a Lucas 2:41-52 acerca de Jesús a los doce años asistiendo con sus padres al templo.35 El segundo, probablemente es el “Evangelio Árabe de la Infancia” (siglo IV o V), que crea una trama de Jesús en el templo a los doce años de edad, teniendo un diálogo con un rabino, un astrónomo y un médico.36 El pseudo evangelio llamado La historia de José el carpintero (siglo IV o V), es una ficción que relata la vida y muerte de José, narrada por el propio Jesús a sus apóstoles.37 Y el evangelio apócrifo conocido como el Evangelio Armenio de la Infancia, probablemente del siglo VI, se limita a dar algunos datos sobre su infancia.38

Otras teorías sobre los “años ocultos”, surgen después del descubrimiento de los manuscritos del Mar Muerto. Para algunos investigadores, los mensajes enseñados por Jesús comparten semejanzas con las enseñanzas de los esenios en varios puntos, tales como: la predicación del “reino de Dios”, “la venta de propiedades y su distribución entre hermanos más pobres”, la realización de curaciones milagrosas, y sobre todo, la adopción del celibato por parte de Jesús, siendo el celibato una práctica frecuente entre los esenios. Algunos suponen que Juan el Bautista, primo de Jesús, pudo ser un esenio, por la práctica del rito del bautismo y por habitar en el desierto, relativamente cerca del Monasterio de Qumran, contemplando así la posibilidad de que Jesús tuviese contactos con dicha secta. Para los partidarios de esa corriente, Jesús habría habitado cierto tiempo en los montes de Judea con los esenios. No hay en los manuscritos encontrados en las cuevas del Marcos Muerto ni una sola mención de ningún vínculo de Jesucristo con los esenios, por lo que la mayoría de los investigadores serios, duda de la teoría de que Jesús tuvo contacto con los esenios. Por la falta de pruebas no existe ninguna garantía de que Jesús haya tenido nada que ver con alguna comunidad esenia.

Autores recientes conjeturan que Jesús en los “años ocultos”, pudo viajar a la India y estudiar con budistas e hindúes antes de regresar a su tierra nativa, tras aprender los misterios del esoterismo, la magia, el ciclo de reencarnación, entre otras creencias. Así, supuestamente, Cristo se convirtió para algunos en “el Santo Issa” (uno de los nombres árabes para Jesús).39 Hoy es frecuente situar al joven Jesús en relación con la India. Hay quienes pretenden que el príncipe indio Ravanna de Orissa encontró a Jesús a los 12 años en el Templo de Jerusalén y, tras oírlo hablar, se lo llevó a la India, para profundizar sus estudios. Allí Jesús, admitido en la escuela del templo de Jagannath,40 supuestamente estudiaría a fondo las leyes de Manu y los Vedas.41 Otros pretenden que Jesús, también con cerca de 13 años de edad, entraría en contacto con el budismo, adoptando y enseñando sus principios tras su regreso a casa. Según ellos, la crucifixión puso fin a su misión como Mesías, pero no le quitó la vida, ya que su muerte sería solo aparente. Después de la “resurrección”, Jesús habría vivido en la India hasta una edad avanzada, y su tumba se encontraría en Cachemira.42

Hipótesis marcadas por el esoterismo (corrientes filosóficas con bases místicas y ocultas),43 presuponen, entre otras teorías, que Jesús formó parte de la sociedad llamada por algunos “Nuestra Fraternidad”, que lo habría encaminado al “gran país de Ishwar (India)”, en un viaje que duraría 17 años, es decir, los años de los que la Biblia no relata nada. Allí Jesús se habría reunido con el sacerdote Lamaas, quién lo habría convertido en su aprendiz, al ver en Jesús un gran Avatar.44 Según esas creencias esotéricas, Jesús habría aprendido el “Verbo” de Krishna, sus técnicas de sanación, la reorganización de los átomos de vida, la extracción de fluidos de la naturaleza y la transmutación de elementos. Habría, además, viajado a Babilonia, Caldea y Grecia, teniendo contacto con los círculos de la gran pirámide, donde el “espíritu de Kristos penetró en el espíritu de Jesús” convirtiéndose en un supremo Avatar cósmico.45 Estas presuposiciones se asocian, en la fraternidad esotérica de Urantia, con innumerables delirios místicos vinculados a entidades “suprahumanas” y a testimonios de personas “inconscientes”, que se han empeñado en reconstruir eventos desconocidos de los “años ocultos” de Jesús.46

En cuanto a las posibles inferencias del texto bíblico, según lo dicho anteriormente, Lucas 2:41-52 es el único pasaje de todo el Nuevo Testamento que registra algo relativo a los “años ocultos” de Jesús (adolescencia, juventud y primera fase de su vida adulta). Al leer este pasaje, vemos que Lucas no está interesado en narrar la juventud de Cristo. El objetivo del escritor es “establecer el sentido de misión de Jesús, y cómo el Señor se preparaba para ella”.47 En la estructura del pasaje de Lucas 2:40 a 52, algunos ven una inclusión,48 porque el v. 52 casi repite por completo el v. 40. Esta estructura marcaría la transición entre la infancia y juventud de Jesús y el inicio de su ministerio público a los 30 años (Lucas 3:23). Dentro de la inclusión se percibe la estructura del quiasmo siguiente:49

A. Declaración general sobre el crecimiento, fortalecimiento, sabiduría y la gracia de Dios sobre Jesús (v. 40).

B. Indicación geográfica introductoria: Jesús sube con sus padres a Jerusalén; Sus padres regresan a casa y camino de 3 días regresan allí a buscarlo (v. 41-45).

C. Escenario: Jesús sentado entre los maestros, escuchándolos y cuestionándolos (v. 46).

D. Escenario principal: todos los que oían al niño Jesús estaban maravillados con su entendimiento y sus respuestas (v. 47).

D’. Escenario principal: sus padres se quedaron perplejos (maravillados), cuando lo vieron hablando (v. 48a).

C’. Escenario: Jesús está oyendo los cuestionamientos de su madre (v. 48b-50).

B’. Indicación geográfica conclusiva: Jesús vuelve con sus padres a Nazaret, después de haberlo encontrado (v. 51).

A’. Declaración general sobre el crecimiento en sabiduría, estatura y gracia delante de Dios y de los hombres (v. 52).

Para los judíos, los doce años eran la línea divisoria entre la infancia y la juventud. A los trece años de edad el joven era considerado “hijo de la ley” según el principio talmúdico, debiendo a partir de esa edad, cumplir todos los deberes religiosos de los adultos.50 Y se esperaba que, a partir de esa edad, acudiera a Jerusalén todos los años a participar en las principales fiestas instituidas por la ley de Moisés, es decir, Pascua, Pentecostés y Tabernáculos (Éxodo 23:17).

Algunos suponen que Jesús fue educado como cualquier otro niño judío de su edad,51 y en los “años ocultos” pudo haber sido aprendiz de algún rabí. Pero esta idea no tiene fundamento bíblico. Vemos en ocasión de la fiesta de la Pascua, Jesús sentado entre los maestros y “todos los que lo oían estaban maravillados con su entendimiento y sus respuestas” (2:47). Las Escrituras dan a entender que no fue miembro de ninguna escuela rabínica, y que los maestros de la ley lo sabían (Marcos 1:22). Sin duda, los primeros maestros de Jesús fueron sus propios padres (Deuteronomio 6:5-7). Como buen hijo de creyentes, Jesús fue formado a partir del estudio de la Torá, como su oyente, lector y practicante.52 Según Elena de White, al avanzar de la infancia a la juventud, no buscó las escuelas de los rabinos. No necesitaba la educación obtenida de tales fuentes “porque Dios le servía de instructor”.53

Hay suficientes evidencias de que Jesús vivió en compañía de sus padres en Nazaret hasta el inicio de su ministerio público.54 Nazaret era una pequeña aldea en las colinas del centro de Galilea, a sólo 8 km de Séforis, el centro comercial más cercano,55 y a unos 80 km de Jerusalén.56 Los escritores bíblicos afirman que Jesús fue criado en Nazaret (Lucas 4:16), y que vino desde Nazaret de Galilea para ser bautizado por Juan el Bautista en el río Jordán (Marcos 1: 9). Después del encarcelamiento de Juan, Jesús “dejando Nazaret, fue a vivir en Cafarnaúm” (Mateo 4:12 y 13). Por haber vivido en Nazaret buena parte de los años de su vida, Jesús era conocido por el pueblo como “el Nazareno” (Mateo 2:23; 26: 71; Marcos 1:24; 10:47; 16:6; Lucas 4:34; 18:37; 24:19; Juan 1:45; 18:5, 7; 19:19; Hechos 2:22; 3:6; 4:10; 6:14; 22:8; 26:9). En esta ciudad residió con sus cuatro hermanos (Santiago, José, Simón y Judas) y sus hermanas, cuyos nombres no han registrado los evangelios (Mateo 13: 55-57; Marcos 6:3-4). Sus hermanos tenían nombres de fundadores de la nación de Israel, y su propio nombre en arameo, Yeshua, es una abreviatura de la palabra hebrea Yehoshua (“Jehová es salvación”). Formaba parte, por lo tanto, de una gran familia compuesta por al menos 9 miembros. El evangelista Mateo (13:55), revela que José, el padre putativo de Jesús, era “maestro constructor” (τέκτον),57 y que tenía su propio taller en aquel pequeño pueblo. En el pasaje paralelo a este texto, Marcos, nos presenta a Jesús siendo reconocido por sus contemporáneos también como τέκτον (Marcos 6:3), lo cual indica que Jesús aprendió el oficio y trabajó en la carpintería junto a su padre. En todos estos años considerados “ocultos” en los que vivió en Nazaret, Jesús empieza sin duda a descubrir quién era y a intuir su filiación y su misión divina (Lucas 2:49), viviendo una vida santa, sin pecado (Hebreos 4:15).

De acuerdo a Elena de White, después del episodio ocurrido en el templo, Jesús regresó a Nazaret con sus padres, y los ayudó en la vida diaria. Sin embargo, ya crecía oculto dentro de sí, el misterio de su misión, esperando sumiso el tiempo asignado para iniciar su obra. “Durante dieciocho años, después de haber reconocido ser el Hijo de Dios, reconoció también los lazos que le ligaban al hogar de Nazaret, y cumplía sus deberes de hijo, hermano, amigo y ciudadano”.58 “Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres” (Lucas 2:52).

En suma, concluimos sobre el misterio de los “años ocultos” de la vida de Jesucristo, sugiriendo que éste posiblemente sea el silencio más elocuente de toda la historia terrestre. “Las cosas encubiertas pertenecen al Señor, a nuestro Dios, pero las reveladas pertenecen a nosotros y a nuestros hijos para siempre” (Deuteronomio 29:29). Si los evangelios no dicen nada, la mejor opción es limitarnos a los datos presentados por los textos bíblicos.

Preguntas de estudio

  1. ¿Por qué la Biblia no es más precisa sobre la fecha del nacimiento de Jesús? ¿Qué razones piensas que puede haber para ello?
  2. ¿A qué crees que se debe el innegable éxito que tiene actualmente, y ha tenido en la historia, la fiesta de la Navidad?
  3. ¿Por qué crees que los evangelistas se interesaron tan poco en darnos detalles de la infancia de Jesús?
  4. ¿A qué crees que se debe el enorme interés suscitado en la actualidad por averiguar “los años oscuros” de la juventud de Jesús? ¿Qué sectores concretos de nuestra sociedad apoyan este interés y por qué?
  5. ¿Qué detalles sobre la infancia y juventud de Jesús aportados por Elena de White te resultan más interesantes y por qué?

Bibliografía sugerente para profundizar

Brown, Raymond E. El nacimiento del Mesías: comentario a los relatos de la infancia. Madrid: Ediciones Cristiandad, 1982.

Cardoso, Willian. “O aniversário do Messias: descubra a possível data do nascimento de Jesús”, en Revista Adventista 1292 (2014): 12- 13.

Cavalucanti, Diogo. “Os magos e a estrela de Belém” en Revista Adventista, 1243 (2011): 8-11.

Craig, A Evans. Luke: Understanding the Bible Commentary Series. Grand Rapids, MI.: Baker Books, 1990.

Ellis, E. Earle. The Gospel of Luke. Grand Rapids: Eerdmans, 1980.

Daniel-Rops, Henri. Daily Life in the Time of Jesús. Wantage, NJ.: Servant Publications, 1981.

Morris, Leon. Luke: An Introduction and Commentary. Nottingham, England: Inter-Varsity Press, 1988.

Otero, Aurelio de Santos. Los evangelios apócrifos: Colección de textos griegos y latinos, versión crítica, estudios introductorios y comentarios. 6. ed. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1988.

Pagola, José Antonio. El camino abierto por Jesús 1. Mateo. Madrid: PPC, 2012.

Puig, Armand. Jesús: una biografía. Barcelona: Destino, 2005.

Timm, Alberto R. “Jesús na adolescência: Onde Jesús esteve dos 12 aos 30 anos de idade?” en Sinais dos Tempos (1999/1): 29.

White, Elena de. El deseado de todas las gentes. 4. ed. Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2010.


1 Esta parte ha sido preparada por Francisco Natannael Gomes de Lima y por Igor Gomes de Matos, graduados en teología por el Seminario Adventista Latino-Americano de Teología (SALT – IAENE).

2 Ver “Una base para la cronología del Nuevo Testamento”, en Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día (Miami: APIA, 1987) 6:225-231.

3 El Herodes que mandó matar a Jesús cuando era bebé fue Herodes, el Grande. El Herodes que estaba como tetrarca de Galilea, al regreso de Egipto de la familia de Jesús, era su hijo, Herodes Antipas, mencionado en el proceso contra Jesús (Lucas 23:4-25), que estaba reinando (4 a.C.-39 d.C.) desde el décimo quinto año de Tíberio César (Lucas 3:1). El Nuevo Testamento menciona a otros tres “Herodes” de ese linaje: Herodes Agripa 1 (37-44 d.C.) mencionado en Hechos 12; Herodes (41-48 d.C.) y Herodes Agripa II (50-100 d.C.), en Hechos 25-26.

4 Leon Morris, Luke: An Introduction and Commentary (Nottingham, Inglaterra: Inter-Varsity Press, 1988), 123.

5 Según Flavio Josefo, ese censo fue realizado en el año 6 o 7 d.C., es decir, después de que Arquelao fuese depuesto. Este no fue, obviamente, el censo que llevó a María y a José a Belén, por el simple hecho de que cuando Jesús nació, Herodes el Grande era rey de Judea, y murió diez años antes del censo de Quirino. Cf. Arrmand Puig, Jesús: una biografía (Barcelona: Destino, 2005).

6 E. Earle Ellis, The Gospel of Luke (Grand Rapids: Eerdmans, 1980).

7 Para los argumentos a favor y contra la asertividad de las declaraciones de Lucas sobre la fecha en que Jesús nació y el censo en el tiempo de Quirino, ver: John Nolland, Word Biblical Commentary: Luke 1-9: 20 (Texas: Word Books, 1989), 89-103; cf. Raymond E. Brown, The Birth of the Messiah: a Commentary on the Infancy narratives in Matthew and Luke (New York: Doubleday, 1993), 547-556.

8 C. J. Humphreys y W. G. Waddington, “The Jewish calendar, a lunar eclipse and the date of Christ’s crucifixion” en TynBul 43/2 (1992): 331-351. Consultado el 23 de mayo 2017 en: http://www.tyndale.cam.ac.uk/tb-dates.

9 La expresión griega para “aproximadamente treinta años” es imprecisa y puede significar cualquier edad entre 26 y 34 años. Treinta años era la edad en que los judíos de entonces consideraba al individuo maduro y autorizado para enseñar.

10 Emil Schurer, Political history of Palestine, from B.C. 175 to A.D. 135 (Peabody, MS.: Hendrickson Publishers, 2012), vol. 1.

11 Ver Obras completas de Flavio Josefo (Buenos Aires: Acervo Cultural Editores, 1961). 5 vol.

12 E. W. Bullinger, “The course of Abia”, in Appendixes to the Companion Bible. Consultado el 18 abril 2018 en: https://levendwater.org/companion/append179.html#times.

13Wilian Cardoso, “O aniversário do Messias: descubra a possível data do nascimento de Jesús”, Revista Adventista (Diciembre 2014), 12-13.

14 El año del calendario judío estaba compuesto por los siguientes meses: 1) abib o nisán (marzo /abril); 2) lar (abril / mayo); 3) siván (mayo / junio); 4) tamuz (junio / julio); 5) menajem av (julio/agosto); 6) elul (agosto/ septiembre); etanim o tishrei (septiembre/octubre); bulto o marjeshvan (octubre/noviembre); 9) kislev (noviembre/diciembre); 10) tevet (diciembre-enero); 11) shevat (enero-febrero); y 12) adar (febrero-marzo). Basándose en la cosecha de la cebada, cada dos o tres años, se añadía un 13º mes, porque había un retraso de 11 días cada año con respecto al año solar, y para alinear la cosecha de la cebada con el mes de nisán, era necesaria una duplicación, es decir, un segundo adar. Cf. CBASD, 2:119.

15 El comienzo del mes, en el calendario judío, estaba marcado por la luna nueva y es imposible hacer cuadrar esas fechas con las del calendario gregoriano de manera equivalente. Así, es normal situar los meses hebreos entre dos meses de nuestro calendario.

16 Los sacerdotes oficiaban su turno dos veces al año, cf. H. A. W. Meyer, Critical and Exegetical Handbook to the Gospels of Mark and Luke (Edinburgh: T&T Clark, 1883), 1:279. Los meses de kislev y siván eran los meses que ministraban los sacerdotes del turno de Abías (Cf. E. W. Bullinger, “The course of Abia”. En Appendixes to the Companion Bible. Disponible en: https://levendwater.org/companion/append179.html#times. Consultado el 18 de abril 2018). La Biblia no deja claro en qué momento del año Zacarías estaba ministrando, pero basándonos en Lucas 3:23 hay una gran posibilidad de que haya ocurrido en el mes de siván.

17 Merrill Frederick Unger, The New Unger’s Bible Handbook (ed. rev. by Gary N. Larson. Chicago: Moody Press, 2005), 261, 274.

18 Nuestro año 2020 corresponde en el calendario judío con el 5780. Dividiendo esa fecha por diecinueve tendremos que desde el año 2016 hasta el año 1 de nuestra era han transcurrido 30421 ciclos de 19 años. Retrocediendo 19 años a partir del año 1 a.C. observamos que sólo el año 4 y 5 a.C. serían años de doce meses, porque en un ciclo de diecinueve años, siete de ellos, tenían trece meses, según el calendario lunisolar de lo judíos para compensar la diferencia de días del calendario lunar en relación con el calendario solar. Cf. “El calendario hebreo: el cómputo de los años”, en CBASD 2:103-126.

19 Parte preparada por Frederico Damásio Cairo, graduando en Teología por el SALT-IAENE.

20 Elena de White, El deseado de todas las gentes, 52.

21 White, El deseado de todas las gentes, 29.

22 Ibíd., 30.

23 Ibíd., 40-41.

24 Ibíd., 42, 43.

25 Ibíd. 41.

26 Ibíd.

27 Ibíd., 41-42.

28 Ibíd., 28-29.

29 Ibíd., 43.

30 Ibíd., 35-36.

31 Ibíd., 64.

32 Sección preparada por João Renato Alves, graduando en Teología por el SALT-IAENE.

33 Para informaciones detalladas sobre la fecha del nacimiento y bautismo de Cristo, ver: “La fecha del nacimiento de Cristo”, en CBASD 5:231-238.

34 Aurelio de Santos Otero, Los Evangelios Apócrifos: Colección de textos griegos y latinos, versión critica, estudios introductorios y comentarios (6ª ed.; Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1988), 277.

35 “1. Cuando tuvo la edad de doce años, sus padres, siguiendo la costumbre, fueron a Jerusalén por las fiestas de Pascua con otros compañeros de viaje, y, después de las fiestas, regresaron a su morada. Y, mientras ellos volvían, el niño Jesús quedó en Jerusalén, y sus padres pensaron que estaba entre sus compañeros de viaje. 2. Más, tras una jornada de camino, buscaron entre sus deudos, y, no hallándolo, se afligieron, y volvieron a la ciudad para buscarlo. Y, tres días después, lo hallaron en el templo, sentado entre los doctores, escuchándolos e interrogándolos. Y todos estaban atentos y sorprendidos de que un niño redujese al silencio a los ancianos del templo y a los doctores del pueblo, explicando los puntos principales de la Ley y las parábolas de los profetas. 3. Y su madre María, aproximándose, le dijo: ¿Por qué nos has hecho esto, hijo mío? He aquí que estábamos afligidos, y que te buscábamos. Pero Jesús les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabéis que es preciso que yo atienda a las cosas que afectan a mi Padre? 4. Y los escribas y los fariseos dijeron a María: ¿Tú eres madre de este niño? Ella respondió: Lo soy. Y ellos dijeron: Feliz eres entre las mujeres, porque Dios ha bendecido el fruto de tus entrañas. Nunca hemos visto ni oído tanta gloria, tanta virtud, tanta sabiduría. 5. Y Jesús, levantándose, siguió a su madre, y estaba sometido a su familia. Y su madre guardaba estas cosas en su corazón. Y Jesús crecía en sabiduría, en edad y en gracia. Gloria a él por los siglos de los siglos. Amén” (Pseudoevangelio según Tomás, 296-297).

36 Ibíd., 274-275, 302, 331-332.

37 Ibíd, 333-352.

38 Ibíd, 353-359.

39 Ver Nicholai Notovitch, The Unknown Life of Jesús Christ: By the Discoverer of the Manuscript (Chicago Ill.: Indo-American Book Company, 1984).

40Actual Purim, en la Índia. (Antiguamente Jagannath, uno de los más importantes centros hindús de peregrinación. En el siglo. XII, fué construido el templo consagrado a Krishna.

41 Leví H. Dowling, The Aquarian Gospel of Jesús the Christ: The Philosophic and Practical Basis of the Religion of the Aquarian Age of the World and of the Church Universal (London: L. N. Fowler and Company E. S. Dowling, 1911).

42 Holger Kersten, Jesús Lived in India: His Unknown Life Before and After the Crucifixion (New Delhi: Penguin Books India, 2001).

43 Pierre A. Riffard, Qu’est-ce que l’ésotérisme? (Paris: Robert Laffont, 1990).

44 En la religión hindú, un avatar es una forma encarnada de un ser superior, reencarnado 7 veces hasta tornarse perfecto. El término deriva del sanscrito Avatāra, que significa “descenso”. J. C. Rodrigues, Brincando de deus: criação de mundos virtuais e experiências de imersão digitais (Rio de Janeiro: Marsupial, 2016).

45 M. Daniel y Anne Givaudan, The Way of the Essenes: Christ’s Hidden Life Remembered (Rochester, VT.: Destiny Books, 1992).

46 The Urantia Book (New York: Urantia Foundation, 1955). Versión de los datos en portugués: O Livro de Urântia (Fundação Urântia, 2007), 123-129, 177 y 336.

47 A. Evans Craig, Luke, Understanding the Bible Commentary Series (Ada, MI.: Baker Books, 1990). Versión de los datos en portugués: Novo Comentário Bíblico contemporâneo de Lucas (São Paulo: Editora Vida, 1996), 56.

48 Inclusión o paralelismo sobre, es la repetición de una palabra, concepto o grupo de palabras al principio y al final de una unidad poética. Este es un recurso que facilita la estructuración del paso en la medida en que representa un salto de sección. Para más información sobre estructuras bíblicas, ver: Edson M. J. Nunes, Poesia Bíblica: uma introdução geral (São Paulo: Unaspress, 2017).

49 Brown propone una estructura semejante, pero no se detiene a trabajar el centro del quiasmo, los escenarios centrales para Brown serían v. 43-45 y v. 46-50. Ver Brown, The Birth of the Messiah.

50 Matthew Henry, Commentary on the Whole Bible, New Modern Edition-Matthew to John (Grand Rapids, MI.: Fleming H Revell Co, 1983). Brown, The Birth of the Messiah. Cf. White, El deseado de todas las gentes, 56.

51 Henri Daniel-Rops, Jesús en su tiempo (Madrid: Ediciones Palabra, 1990).

52 Armand Puig, Jesús: Una biografía (Salamanca: Sigueme, 2004).

53 White, El deseado de todas las gentes, 50-51.

54 Ver Alberto R. Timm, “Jesús na adolescência: Onde Jesús esteve dos 12 aos 30 anos de idade?” en Sinais dos Tempos, janeiro de 1999, 29.

55 José Antonio Pagola, El camino abierto por Jesús 1: Mateo (Madrid: PPC, 2012).

56 Brown, The Birth of the Messiah.

57 BDAG, 995. “One who constructs, builder, carpenter”.

58 White, El deseado de todas las gentes, 61.