1. Contexto de los evangelios – Abelardo Rivas Santini

Declaración de objetivos

Este capítulo introductorio tiene como objetivo principal:

  • Presentar un panorama general del mundo cultural, histórico y religioso descrito por los evangelios canónicos.
  • Para lograr este objetivo se estudiará en forma concisa el desarrollo histórico que llevó de la influencia política, religiosa y cultural de la era helenística forjada por Alejandro Magno, a la consolidación del Imperio Romano, a través de una descripción de los componentes esenciales propios de la sociedad grecorromana y de la sociedad judía de la época.
  • Finalmente, una última y breve sección presentará los descubrimientos arqueológicos más relevantes relacionados con el mundo de los evangelios.

Introducción

En el momento oportuno de la historia (Gálatas 4:4), bajo las circunstancias socioculturales adecuadas y en el contexto religioso apropiado, fue donde tuvo lugar el nacimiento y ministerio de Jesús de Nazaret; para unos, el simple hijo de un carpintero, para otros, el Cristo. La sociedad grecorromana proveyó a Jesús y a sus seguidores el marco adecuado para propagar fácil y rápidamente las buenas nuevas de la venida del Mesías, evento que, insospechadamente, logra dividir la historia en dos épocas: el antes y el después de Jesucristo; el uso del griego como lengua franca, como hoy en día el inglés, entre personas de diferentes culturas; la generalización del sistema de rutas romanas para unificar al imperio y poder movilizar las tropas, el deterioro de la situación moral, política y religiosa en torno al templo de Jerusalén y sus líderes, la difusión de las diferentes escuelas de pensamiento filosófico del helenismo, el énfasis en la literatura apocalíptica entre los judíos, y la estabilidad de la llamada Pax Romana son algunos de los elementos que facilitaron la rápida predicación de las enseñanzas de Jesús. Por todo ello, un estudio detallado del contexto histórico y socio-cultural de la época se convierte en un imperativo para poder entender el crucial evento del nacimiento del cristianismo. Esta es la tarea de este capítulo.

El mundo greco-romano en tiempos de Jesús

Como el mismo nombre lo sugiere, la sociedad donde nació Jesús estaba marcada por dos realidades históricas principales: la influencia de la cultura griega y el contexto político social instaurado por el Imperio Romano. En esta sección veremos cómo ambas circunstancias jugaron un papel trascendental en la vida y en las enseñanzas de Jesús.

Los dos factores que unieron eventualmente a las ciudades que rodeaban el mar Egeo fueron su hostilidad hacia los persas y su alta estima por la superioridad de la cultura griega. Los persas desde sus mismos inicios se destacaron sobre los imperios precedentes por su respeto por las costumbres locales y su política de tolerancia hacia las naciones conquistadas. Dentro de las reformas políticas innovadoras de los persas, estaba la autorización otorgada a los exiliados de las naciones conquistadas a regresar a sus ciudades para reconstruirlas, incluyendo sus templos y murallas. Al mismo tiempo permitieron la libertad de religión, sin la adherencia obligatoria a una deidad persa en particular, manteniendo las costumbres religiosas locales. Sin embargo, existían dos condiciones persas que no eran populares entre los atenienses y las demás ciudades del mundo helenístico: el deber de pagar impuestos y el de proveer soldados para el ejército de los persas, a quienes consideraban inferiores culturalmente. De hecho, la victoria militar de los griegos sobre los persas fue simbólicamente representada en esculturas griegas como la victoria de la civilización sobre la barbarie.1

El influjo de la cultura grecorromana

Dentro de las contribuciones que los griegos dieron a la mentalidad que habría de caracterizar el pensamiento helenístico durante los días de Jesús, ninguna otra tiene mayor relevancia que la revolución educacional asociada con el surgimiento de los sofistas y las escuelas de filosofía, y consecuentemente, el uso de la razón con el principio del cuestionamiento sistemático, presente en los debates ideológicos entre maestros. La idea básica en el pensamiento de que la medida de todo es el ser humano (en realidad el hombre), dio como resultado el énfasis en las leyes naturales y el cultivo de ciencias como las matemáticas, la medicina (asociada al culto de Asclepios) y la astronomía.

De mayor trascendencia, no sólo para la sociedad grecoromana sino aún para el mundo occidental de nuestros días, fue el surgimiento del concepto de democracia, en el que los líderes de la cuidad eran elegidos por los habitantes de la misma y no impuestos en base a una dinastía reinante, concepto que los romanos continuaron (y quebrantaron también), a través del Senado.

La mayoría de los escritores antiguos sitúan el surgimiento del pensamiento filosófico relevante en Atenas a partir de Sócrates2. Sin embargo, es el desarrollo de los sofistas, o maestros en el arte del debate y la persuasión a través de la lógica, lo que en realidad abre el camino intelectual a la expansión del pensamiento griego. Los sofistas solían ser maestros que se entrenaban en el debate público para demostrar sus habilidades, y se dedicaban a ser tutores privados, enseñando el arte elegante de hablar en público, de imponerse a través de argumentos convincentes, dando nuevas interpretaciones a hechos o verdades asumidas por el público, y a usar dichas interpretaciones en ventaja del propio orador. Algunas de sus técnicas retóricas (como la diatriba, etc.) no sólo se generalizaron entre los griegos sino que también fueron usadas comúnmente por Jesús y luego por sus seguidores, especialmente por Pablo (Hechos 19:16-33).

Influencia de Alejandro y del helenismo

La sociedad helenística de tiempos de Jesús, no puede entenderse sin hacer referencia a quién sería su gran iniciador, Alejandro el Grande. Su influencia no sólo afecta a griegos y romanos sino que también alcanza a judíos y cristianos. Resumiremos las áreas de influencia, en siete aspectos principales:

1. La movilización de los griegos por todo el territorio conquistado por Alejandro y el establecimiento de colonias, facilitó el esparcimiento de la cultura griega y de sus ideas principales. La cultura griega, llegó a convertirse en un estilo de vida superior que todos imitaban. Esto permitió, que tanto la educación como el idioma, fuesen elementos que unieran culturalmente al mundo antiguo y facilitaran tanto la comunicación como la interacción entre personas de distintas nacionalidades.

2. El surgimiento de un mundo económico unido por el uso de un sistema monetario común, como forma de pago y medio de comercio, establecido por Alejandro, así como la unificación de las economías locales bajo un mismo poder, es un concepto que luego Roma tomaría y llevaría a su máximo extremo en el cobro de impuestos para el mantenimiento del imperio y de la llamada Pax Romana.

3. La generalización del griego como lengua franca. El griego popular se denominó koinē o común, y aunque basado en el dialecto Ático, llegó a convertirse en la lengua común entre personas cultas de distintas nacionalidades. Así, la inscripción en la cruz de Jesús puesta por Pilatos estaba escrita en arameo (para los judíos), en latín (para los romanos) y en griego (para todos los demás), puesto que el que no entendiera los otros dos, de seguro entendería el griego (Juan 19:20).

La traducción del Antiguo Testamento usada por los autores del Nuevo Testamento (incluso cuando citan palabras de Jesús) es la LXX o Septuaginta, una traducción que permitió que muchos gentiles tuvieran acceso a la Biblia. Además, y por supuesto, todo el Nuevo Testamento está escrito en griego común. La existencia de un idioma común es lo que facilitó el esparcimiento rápido del mensaje de Jesús y del evangelio por todo el mundo helenístico.

4. La difusión de la filosofía griega como fundamento intelectual y de discurso. Tras Sócrates y los sofistas, las ideas griegas, popularizadas a partir de Platón y Aristóteles, fueron adoptadas casi sin discusión alguna por todas las culturas del Mediterráneo. En los evangelios, vemos el uso de la técnica de reversión de argumentos (tomar un argumento y darle una perspectiva diferente para revertir su significado), como en el caso de los saduceos acerca de cómo sería el matrimonio en el cielo y la respuesta de Jesús revertiendo el argumento de ellos en contra de la resurrección a favor de la misma (Lucas 20:27-40), o el uso de parábolas para dar lecciones morales. Sobre todo el presidir como maestro una escuela de discípulos,3 son ideas popularizadas por la cultura griega.

5. La elevación a un nivel más alto de la educación en una mayor parte de la población fue otra de las contribuciones del mundo forjado por Alejandro. Esto permitió incrementar el nivel de alfabetización de la población, en contraste con otras sociedades donde sólo una clase (usualmente la sacerdotal y algunos funcionarios cercanos al rey) eran capaces de leer y escribir. Esto permitió que tanto las enseñanzas de Jesús como las Escrituras ya traducidas del Antiguo Testamento pudiesen ser más accesibles a diferentes personas de otras culturas.

6. La formación de una conciencia civil dentro del concepto de polis o ciudad. El centro de la vida social de un griego, y luego de los romanos y de un creciente número de habitantes del imperio, era la ciudad. Allí (concretamente en el ágora) se comerciaba, se desarrollaba la vida religiosa, estaban los centros de entretenimiento (teatros, bibliotecas, circos, gimnasios), y los centros de sociabilización (en especial los baños). Esto permitió que el oikoumenē o el mundo conocido, quedase unido por la cultura y el estilo de vida.

7. El incremento del individualismo. Con la consiguiente exaltación de la expresión individual, en vez de la sumisión a la opinión del colectivo patriarcal u otro, fue otra contribución del pensamiento surgido de la civilización grecoromana.

Situación política de Palestina en el siglo I

Roma: desde sus inicios hasta Cristo

Los registros arqueológicos, nos muestran que los primeros habitantes de Roma, eran campesinos pertenecientes a un subgrupo étnico de Italia que hablaba latín y que habitaban la colina Palatina.4 Roma siguió siendo un asentamiento meramente rural hasta la llegada de los reyes etruscos, que gobernaron Roma entre el 616 y el 509 a.C. Los etruscos dominaron toda Italia, usando Roma como punto estratégico militar, pero fueron influenciados culturalmente por su cercano contacto con las ciudades griegas al sur de la península, en la llamada Magna Grecia. Esta influencia se hizo sentir en la formación del Senado en los años de Tarquinio Prisco quién gobernó entre el 616 y el 579 a.C. Éste organizó a los ciudadanos en tres tribus cada una teniendo 10 curiae. De éstos, 300 patricios o cabezas de las familias principales, se sentaban en una asamblea gubernamental llamada “el Senado”. Sin embargo, el sistema de la monarquía con el dominio de un rey sobre Roma, no habría de durar mucho y el principio democrático griego, ya adoptado por la formación del Senado, junto con los sentimientos patriotas de los romanos, dio el golpe final a los reyes etruscos y a partir del 509 a.C. Roma se convirtió en una república.

Las siguientes décadas de Roma, van a estar impregnadas de contiendas políticas que, eventualmente evolucionaron en contiendas militares, hasta conseguir el fin de la república de Roma, con el surgimiento del imperio, de la mano de Augusto. El primer conflicto que pavimentó el camino hacia la formación del imperio fue el provocado por las presiones de los plebeyos.5 Se trataba en el fondo, de un conflicto entre clases sociales, es decir, entre plebeyos (ciudadanos comunes, mayormente agricultores), y patricios (de origen noble o aristocrático), que justificaban su derecho a monopolizar el poder por su ascendencia trazada hasta los miembros del antiguo Senado.

A pesar de que los patricios tenían el poder político, los plebeyos conformaban la mayor parte del ejército romano, por lo que constituían una gran fuerza de presión frente a los patricios. Después de varias maniobras políticas y la proclamación de nuevas leyes protegiendo los derechos de los plebeyos, el conflicto se resolvió finalmente con la proclamación de la Lex Hortensia que permitió que los votos del concilio de los plebeyos se convirtieran en ley (287 a.C.) y terminara así esta revolución social sin una gota de sangre. Lamentablemente los siguientes conflictos no se resolverían tan pacíficamente.

Tras la consolidación completa de la República de Roma y de su elaborado sistema de justicia, comenzó una incesante expansión territorial. Hacia el oeste, el conflicto se produjo con la antigua aliada de Roma: Cartago. Este conflicto es también conocido como las Guerras Púnicas (nombre dado a los habitantes fenicios de Cartago). Estas guerras fueron tres, y como resultado de la primera, Roma conquistó las islas de Cerdeña, Córcega y Sicilia (262-241 a.C). De mayor trascendencia fue la segunda Guerra Púnica,6 que tuvo lugar como reacción a la invasión lanzada por Aníbal, para conquistar Italia desde España cruzando los Alpes,7 que fue derrotado en África por el general Escipión el Africano (218-201 a.C). Finalmente, la tercera Guerra Púnica tuvo como resultado la destrucción de Cartago, y el triunfo de los deseos imperialistas de Roma.

Al este de Roma, el conflicto militar se centró en las cuatro guerras macedónicas (214-205, 200-196, 171-167 y 150-148 a.C.). Como resultado, gran parte del Imperio Griego construido por Alejandro el Grande, fue convertida en provincia de Roma, y Corinto, la ciudad portuaria más rica de Grecia, saqueada y destruida (146 a.C.). Roma logró así el control total del territorio dominado por los Griegos.8 Ésta se convirtió así no sólo en la heredera de los territorios de Alejandro el Grande sino en el poder que logró consumar lo que el monarca griego soñó: la unificación política y militar del mundo conocido. El mundo donde habría de nacer Jesús.

Roma no destruyó la herencia cultural de los griegos, sino que, al contrario, la adoptó, incluyendo el idioma, y permitió que la cultura helenística impregnara todo el imperio.9 Roma logró traer seguridad en todos sus territorios construyendo calzadas para facilitar la movilidad de sus ejércitos, lo cual permitió que no hubiese necesidad de fortalecer las ciudades con murallas y al mismo tiempo, facilitó no sólo el movimiento de correos, tropas, comerciantes y gentes, sino de Jesús y sus seguidores, facilitando una propagación más rápida de su mensaje. Sin embargo, la paz y seguridad de Roma no se vería interrumpida por conflictos externos sino por guerras civiles. El resultado inmediato de estos conflictos fue un incremento de las clases pobres por la pérdida progresiva de los campesinos de sus tierras, a menudo entregadas en pago a los militares, y en contraste una oligarquía cada día más rica al adueñándose de las tierras que antes pertenecieron a los campesinos.

Es en este contexto, cuando en 133 a.C., se levantan las voces de los hermanos Tiberios, Graco y diez años después Gayo. El primero, tras pasar por encima del Senado proponiendo la redistribución de la tierra conquistada a los pobres en lotes pequeños, y desafiar el poder del Senado en política exterior, fue asesinado junto con 300 de sus seguidores por partidarios de los senadores conservadores. Su hermano Gayo fue aún más radical, y también fue asesinado por sus reformas. Esto dejó a Roma dividida en dos campos: el pueblo y la aristocracia. Con la subida al poder de Gayo Mario como líder político militar , y subsecuentemente del general Lucio Cornelio Sila, las fuerzas militares pusieron fin a esta serie de rebeliones civiles.

Mario, no sólo logró una victoria importante contra los teutones, invasores del norte que habían logrado vencer a dos legiones romanas, sino que en el 100 a.C. logró poner fin al conflicto en Roma. Sulla siguió su ejemplo, pero lo llevó aún más allá. Tras vencer a Mitrídates VI rey del Ponto que había invadido Grecia, regresa en el 83 a.C. y pone fin a la guerra civil tomando una venganza sangrienta sobre los seguidores de Gayo Mario y nombrándose así mismo como dictador de Roma. Luego de restablecer la constitución de la república, en el 79 a.C. se retiró y cedió de nuevo el poder al Senado, falleciendo en el 87 a.C.

Acercándonos más al tiempo del nacimiento de Jesús nos encontramos con una Roma fracturada moral, política y socialmente por sus conflictos internos. Sus ciudadanos pierden cada vez más la esperanza en soluciones políticas a las crisis sociales que envuelven a la República y sus guerras civiles traen más conflictos, pobreza y desesperanza.

En este contexto surgen en Roma dos triunviratos, régimen político dirigido por tres líderes. El primero fue formado por el famoso general romano Pompeyo, Craso, y Julio César, quién quedaría como dictador de Roma y luego sería deificado. Sin embargo, al morir Craso en el 53 a.C. el Senado decide, debido al temor del crecimiento del poder militar de Julio César, poner a Pompeyo en contra de César causando un nuevo conflicto cívico-militar en Roma. Aún así, las fuerzas de César prevalecieron y vencieron a Pompeyo en la batalla de Farsalia en el 48 a.C. y como resultado Julio César se proclamó así mismo como dictador perpetuo en el 44 a.C. Pero su “perpetuidad” en el poder no se extendió ni por un año, ya que en marzo del mismo año un complot inspirado por aquellos que todavía tenían la esperanza de una república y detestaban la idea de un dictador, urdieron el asesinato de César y de esta manera M. Bruto y C. Casio pusieron fin a las pretensiones de perpetuidad de César. Sin embargo, la caída de César dio vida a un segundo triunvirato, esta vez formado y presidido por el lugarteniente y cónsul de Julio César, Marco Antonio. Este tomó al hijo adoptivo de César, Octaviano, y al antiguo gobernador y cónsul de Galia e Hispania, Lepido, para formar un nuevo Triunvirato, dejando a Roma sumergida en un completo caos civil.

Luego de varias campañas militares en contra de los conspiradores Bruto y Casio, el nuevo triunvirato los venció en Filipo en el 42 a.C. dándoles muerte. A partir de esta guerra civil el imperio quedó dividido en dos partes: con Octavio teniendo control del oeste y Marco Antonio del este. Pero la paz no duraría mucho tiempo, ya que Marco Antonio terminó en los brazos de Cleopatra VII reina de Egipto y última descendiente de los Ptolomeos. En su plan, la unión de Egipto con Roma formaría un imperio sin precedentes, sin embargo fue esta unión la que le dio todas las excusas a Octavio para levantar los ánimos de los patriotas romanos y emprender una nueva guerra civil. Esta culminó en el 30 a.C. en la batalla de Actium donde la insigne pareja real terminó cometiendo suicidio y dejando a Octavio el control total del poder sobre Roma y Egipto. Junto con Octavio vino el fin de los conflictos civiles en Roma, por lo que eventualmente se le llamaría el emperador de la Paz.

Octavio, usando maniobras políticas logró ser elegido como cónsul, y reelegido cada año. Dio nuevos poderes al Senado y como resultado de su influencia fue nombrado Princeps Senatus o líder del Senado. La base del poder de Octavio era militar, ya que también poseía el título de Imperator o comandante en jefe del ejército romano. En sus Res gestae (o “eventos notables”), en el 27 a.C. Octavio justifica legalmente su supremacía apelando a su capacidad de exceder a todos los demás líderes en auctoritas (autoridad, prestigio y poder) dando a entender que la gente de Roma lo preferían a él como líder por haber traído la paz a una Roma sumergida en guerras civiles por años10. En su campaña de popularidad Octavio asumió un nuevo nombre por el cual es más conocido, Augusto. El título en sí es más que pretencioso, ya que se trata de una palabra antigua que lo asocia con lo numinoso y con la divinidad.11 A partir del año 27 a.C., y rompiendo completamente con los parámetros normales romanos, Octavio asume el nuevo título de Imperator César divi fillius Augusto o “Emperador Augusto (Comandante del ejército) hijo del dios César” (en referencia a Julio César deificado).

El reinado de Augusto extendió el concepto de Pax Romana, que no sólo se convirtió en una virtud cardinal del imperio, sino en el sustento ideológico de su supremacía. Augusto, a pesar de ejercer la tiranía contra sus opositores, le dio a Roma seguridad en las rutas facilitando el desplazamiento de los viajeros (entre ellos Jesús y sus discípulos), una actividad comercial más amplia, un desarrollo económico y una prosperidad, antes dificultados por los conflictos civiles. En el 12 a.C. Augusto tomó también el título de Pontifex Maximus lo cual le daba también la supremacía sobre la religión romana y el culto imperial.12 Es justamente bajo el gobierno de este emperador cuando nace Jesús en Belén.

Antes de pasar a hablar de la sociedad romana es necesario hacer algunas comparaciones entre Jesús y Augusto. Ambos recibieron el título de “hijo de dios” aunque en el caso de Augusto él mismo se lo había atribuido a partir de su fallecido padre adoptivo Julio César, mientras que el título de Jesús “Hijo de Dios” no depende de ningún ser humano. A Augusto se le llamó el emperador de la paz por haber traído fin a las guerras civiles de Roma y prosperidad al imperio. Jesús también declaró que era portador de paz, “mi paz os dejó mi paz os doy no como el mundo la da…” (Juan 14:27), pero de una paz interna, posible aun en medio de dificultades, no una mera prosperidad material. El nombre de Augusto designa a alguien más que humano, inclinado a la divinidad. A Jesús se le llama Emmanuel o “Dios con nosotros”. Augusto tomó el título de Pontifex Maximus o principal líder de la religión de Roma. A Jesús también se lo presenta como superior al sumo sacerdote judío (Hebreos). A ambos, tanto a Augusto como a Jesús, se les aplica el término de “rey” (basileus, gr.). Ambos también están asociados a la aparición de un astro, en conexión con sus reinados. Cristo en la historia del astro de Belén y Augusto en el 17 a.C. con la aparición de un cometa en conexión con los juegos seculares celebrados por el monarca ese año que proclamaban el inicio de la era de Augusto. Aún más, la palabra evangelio (euangelion), también fue usada para referirse a las bendiciones que Augusto trajo a Roma y celebradas en el día oficial de su cumpleaños.13 Claramente hay una cierta similitud entre ambos, que queda contrastada en la declaración de los líderes judíos en el juicio de Jesús de que “no tenemos más rey que a César”, en referencia al título del emperador, en este caso Tiberio, que también asumía por su cargo la noción de divinidad.

Situación económica y social de Palestina

La sociedad romana: clases sociales

La sociedad romana estaba dividida en clases socio-económicas que se distinguían por dos características: su poder adquisitivo y su posición política o estatus dentro del sistema romano. En primer lugar estaba la Orden Senatorial, a la que pertenecían quienes tenían propiedades por un valor mínimo de 250.000 denarios,14 además de ostentar algún cargo político como cónsul, quaestor o praetor.15 Para mayor prestigio el individuo debía ser descendiente de la clase de los patricios, descendientes a su vez de reyes, nobles o descendientes de cualquiera que hubiese ocupado la posición de cónsul. El siguiente grupo estaba formado por la orden ecuestre (equites) para lo cual se necesitaba tener propiedades por valor de al menos 100.000 denarios. Eran personas educadas, de alto poder adquisitivo y por lo general enroladas en las fuerzas militares romanas.16 Estos servían como legionarios (comandantes al frente de una legión), procuradores financieros, comandantes de alguna rama del ejército romano, responsables de la guardia pretoriana, o como gobernadores de provincias. Los más famosos personajes pertenecientes a esta categoría mencionados en los evangelios son Poncio Pilatos y el centurión que le pidió a Jesús le sanara a su siervo. Estos eran seguidos, política y económicamente, por las aristocracias municipales, formadas por individuos que pagaban un alto precio por el prestigio de liderar el magisterio civil y tener el poder de decisión en los asuntos de sus comunidades. Dentro de esta categoría entran personajes como Herodes y Félix.

Finalmente existían tres clases más: los plebeyos, los antiguos esclavos liberados y los esclavos. Los plebeyos incluyen a todos los ciudadanos romanos que pertenecían al común del pueblo, como Pablo y otras personas libres. A los que no eran ciudadanos romanos se les clasificaba como residentes, transeúntes y rurales. Dentro de estas clases menos pudientes encontramos a la mayor parte de los personajes que se nombran en los evangelios, incluyendo a Jesús.

La última clase social era evidentemente los esclavos, considerados propiedad de sus dueños. No tenían derecho a casarse, a representarse a sí mismos en asuntos legales, carecían de libertad de movimiento, del derecho a ser protegidos, por lo que sus propiedades podían ser confiscadas. Dentro de la categoría social de los esclavos también existían diferentes clases, desde los esclavos del imperio con posiciones altas y mucha influencia hasta los trabajadores de las minas, o remeros en naves de guerra, en su mayoría convictos criminales. Se dice que uno de cada cinco residentes de Roma era esclavo. Algunos esclavos podían alcanzar su libertad y por voluntad propia seguir trabajando para su antiguo dueño o no. Dependiendo de sus conexiones políticas y ascendencia podían incluso llegar a alcanzar posiciones económicas y/o políticas dentro de las primeras clases de la sociedad. Félix el gobernador de Judea (Hechos 23:26) había sido esclavo de la casa imperial, y su hermano Palas, secretario de uno de los secretarios del emperador Claudio.17 Obviamente el tener el estatus de esclavo, aunque no siempre era sinónimo de pobreza, implicaba un estigma social por ser la clase más baja. Los fariseos clamaban con gran denuedo que ellos jamás habían sido esclavos de nadie, olvidando la narración del Éxodo. Aun dentro de la sociedad romana el estatus de esclavo era mejor que dentro de la sociedad egipcia.

El ejército romano

Uno de los aspectos más destacados en los relatos de los evangelios es precisamente la presencia constante de elementos pertenecientes al ejército romano. Desde el término “legión” (Marcos 5:9 y Mateo 26:53), atribuido a una posesión demoníaca, hasta la experiencia con el centurión y la presencia de soldados romanos en la crucifixión, estos relatos están llenos de términos militares que merecen ser conocidos. La tremenda organización del ejército romano fue en realidad lo que consolidó el poder del imperio. El ejército no sólo era una fuerza militar con influencia decisiva en la política de Roma, sino también un catalizador de cambios sociales. El ejército proveía estímulo económico, salvaguardaba la Pax Romana, y permitió el desarrollo cultural y social a través de la seguridad que proveía para la movilidad dentro del imperio, teniendo una gran influencia en la propagación de varias religiones orientales, del culto imperial, y más tarde del cristianismo.

La unidad de base del ejército romano eran las legiones. Estaban compuestas por ciudadanos romanos e individuos de diferentes orígenes que se ofrecían como voluntarios en vistas a obtener la ciudadanía romana, cada legión estaba compuesta por contingentes de hasta 6,000 soldados, divididos entre 5,300 de infantería y 700 en caballería.18 Bajo Tiberio, el emperador contemporáneo de Jesús, existían 25 legiones distribuidas a lo largo y ancho del imperio. Cada legión estaba dividida en 10 cohortes de seis centurias (grupos de 100 soldados). Cada legión era dirigida por un general con rango de senador junto con seis tribunos. Sin embargo, la unidad militar de acción era la centuria, y el oficial más importante desde el punto de vista táctico era el centurión. Ligado a su centuria por mucho tiempo, al retirarse entraba en el orden ecuestre. Los centuriones son los oficiales militares que más son mencionados tanto en los evangelios como en el resto del Nuevo Testamento (Marcos 8:5).

El salario anual de un soldado estaba entre los 225 a los 300 denarios. En tiempo de paz, o cuando no estaban prestando servicio militar directo, los soldados participaban en actividades civiles como la reparación y construcción de carreteras destinadas para el rápido desplazamiento de tropas romanas a lo largo del territorio o la protección de las fronteras. El emblema básico de las legiones era el águila, llevada en un asta junto con los estandartes de la legión que mostraban el nombre de la legión y su emblema particular.

Mención aparte merece la guardia pretoriana, formada por entre nueve a doce cohortes de entre quinientos y mil hombres y constituían el cuerpo de guardaespaldas o protección de los princeps (gobernadores y personal de alto cargo político). Eran dirigidos por un prefecto pretoriano cuyo cargo estaba dentro de los más destacados del sistema romano (Filipenses 1:13).

Las armas principales de un soldado romano eran una espada corta de doble filo, una lanza y un escudo (Efesios 6:11-17). Había dos tipos de espadas, la corta usada en la infantería y la más larga en la caballería, ambas de doble filo y cuyo fin era que una vez que penetraba el cuerpo del adversario, cualquier movimiento que el soldado romano hiciera con la misma infringiría daño absoluto. La lanza medía 1.06 metros de largo y era diseñada para poder imposibilitar el uso del escudo donde penetraba (Juan 19:34).

Uno de los deberes de los soldados romanos, en tiempos de paz, era someter a castigos corporales severos a las personas que eran consideradas como criminales y que atentaban a la estabilidad de la Pax Romana. Uno de los castigos más comunes usados era el verberatio. Era una forma dolorosa de flagelación, que requería ser acompañada por la pena de muerte, por lo que constituía una antesala a la misma.19 La cantidad de latigazos era ilimitada (contrariamente a la ley judía que sólo permitía 40), y al criminal se le ataba a un poste de madera siendo flagelado con el flagellum (un látigo hecho de tiras de cuero que tenían entrelazados pedazos de huesos y metal que atravesaban la piel y la cortaban en cada latigazo, dejando los músculos expuestos y colgando). Cuando el proceso de flagelación era largo los espectadores podían observar los huesos y las vísceras del castigado, que usualmente moría en la tortura, o estaba cerca de su muerte cuando era llevado a su ejecución final.

Esto nos lleva al segundo deber de los soldados romanos que era ejecutar la sentencia de muerte; en el caso de Cristo por crucifixión. El suplicio de la crucifixión (contrariamente a algunas opiniones populares que desean asociar el mismo con la adoración al dios semítico Tamuz o Dumuzi usando teorías que son más especulativas que reales), tuvo su origen con los Persas. Lo usaban como un castigo diseñado para alargar al máximo, tanto el dolor del criminal, como el tiempo de su agonía. Alejandro el Grande lo usó para castigar a varios de sus opositores y los romanos lo perfeccionaron usándolo ampliamente en contra de sus opositores y de aquellos criminales que atentaban contra Roma. Varios de los elementos usados en la narración de la crucifixión de Jesús, como el que lo vistieran como un rey, tenían el propósito de burlarse de su posición como rey de los judíos. He aquí la razón de la corona de espinas, imitando las coronas llevadas por los emperadores, un bastón de madera, en lugar de un cetro de rey, y una túnica roja, en vez de una túnica real. Plutarco escribió que “cada criminal condenado a muerte debía cargar su propio patibulum (un travesaño de madera en forma horizontal) en su espalda”.20 Una vez llegado al sitio de ejecución el patibulum era sujetado a una pieza de madera vertical y una vez que ambas piezas estaban bien aseguradas eran levantadas con el criminal sujeto a las mismas (con el uso de clavos y cuerdas). El peso promedio del patibulum era de 14 a 18 kilógramos pero Jesús estaba tan lacerado que no podía llevar la madera por él mismo.

La forma en que eran crucificados los criminales parece estar mal representada en muchas interpretaciones modernas. Según pruebas arqueológicas fidedignas, ambos pies eran colocados de lado y los clavos atravesaban los tobillos. En las extremidades superiores los clavos no atravesaban las manos sino entre la muñeca y el brazo para mejor agarre usando los huesos como punto de anclaje. La mayoría de crucificados moría por asfixia, ya que les era difícil respirar y con la espalda totalmente flagelada, cada impulso para tomar aire era sumamente doloroso. Jesús crucificado habló varias veces, lo cual requería un esfuerzo aún mayor en la toma de aire y un dolor mucho más intenso.

La ley romana y el juicio de Jesús

Un concepto innovador introducido por Roma, fue el derecho que concedieron a muchos de los habitantes de sus territorios de mantener sus ciudadanías locales y, al mismo tiempo, obtener la ciudadanía romana (Hechos 21:39 y 22:26-27). Pablo fue uno de los que ejercieron su derecho como ciudadano romano de recibir un juicio “tras apelación al César”, evitando así la pena de muerte inmediata, aunque luego fuese ejecutado por Nerón. Sin embargo, Jesús, al no ser ciudadano romano, no tuvo forma de apelar a tal derecho por lo que su sentencia de muerte podía ser dictada por un procurador, sobre todo por el cargo de alzamiento político en contra de Roma, amenazando así el orden político. Los líderes judíos conocían bien las implicaciones de esta acusación y por ello la usaron para obtener la condenación de Jesús a crucifixión. Los ciudadanos romanos no podían ser crucificados ya que este método estaba reservado para aquellos que atentaban contra Roma y su sistema. Aquellos que eran crucificados eran considerados maldecidos o abandonados por sus dioses (Gálatas 3:13). Por eso, Pablo fue decapitado mientras, que Jesús y Pedro fueron crucificados.

El juicio de Jesús está cargado de irregularidades legales que merecen atención. Los gobernadores de las provincias de Roma tenían la autoridad denominada de imperium, que les daba poder ilimitado sobre asuntos civiles incluyendo, el sentenciar a una persona a pena de muerte. El gobernador tenía la facultad de sentenciar a muerte y todos los casos debían ser traídos directamente al gobernador que llevaba el peso político y judicial de Roma en esa provincia. Los gobernadores, en su mayoría, no eran individuos entrenados en las leyes de Roma, sino personal militar, por lo que en casos difíciles consultaban con el consilium (concilio) de amigos y oficiales mejor informados. En muchos casos, cuando los crímenes eran de menor gravedad y estaban mayormente originados en el desacato de costumbres locales (el caso de Jesús), estos juicios eran cedidos a cortes locales reduciendo la intervención de los gobernadores a aquellos asuntos que alteraban el orden público. Sin embargo, por orden del imperium un gobernador podía pasar por encima de las costumbres locales y ejercer su jurisdicción.

De acuerdo a la ley romana21 el acusador tenía que traer su queja o acusación (delatio) delante del magistrado (Juan 19:13), quién tenía la responsabilidad de proteger al acusado de eventuales abusos del sistema. Así, por ejemplo, la provisión de calumnia determinaba que un individuo que presentaba una acusación falsa debía ser sometido al castigo correspondiente al acusado, de haberlo encontrado culpable.22 En el caso del juicio de Jesús, Pilatos reconoció el hecho de que las acusaciones en contra de Jesús constituían calumnia pero, su temor a una revuelta social y la presión ejercida por los líderes judíos prevalecieron sobre su capacidad de ejercer justicia. En realidad, de haber seguido la ley romana, los acusadores de Jesús debieron ser condenados a la flagelación y a la muerte por crucifixión, pero Jesús fue sentenciado en su lugar. Por lo tanto, la condenación de Jesús no sólo violaba la ley judía, sino que constituía una alteración del sistema judicial romano que en base a las falsas acusaciones, debió haber absuelto a Jesús.

Otros aspectos de la legislación romana

A diferencia de las sociedades modernas cuyo principio jurídico básico es la “presunción de inocencia” (todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario), los romanos tenían un código diferente determinado por dos extremos: el honor y la vergüenza. Séneca lo dice del modo siguiente: “Una convicción firme en la cual nos basamos para probar todos los demás puntos es ésta: aquello que es honorable se tiene en gran estima por la mera razón de ser honorable”.23 Es decir, un individuo era juzgado por la vergüenza o el deshonor que traía al grupo al cual pertenecía.24 Este grupo podía ser de índole familiar, civil o religioso. Por lo tanto las virtudes entendidas por el grupo social eran aquellas a las cuales todos sus adherentes debían sujetarse y su cumplimiento era tomado como un acto de honor, mientras que su quebrantamiento, como un acto vergonzoso, que podía acarrear consecuencias severas en ciertos casos (véase las parábolas de los talentos, los siervos infieles y las implicaciones en las acciones del hijo pródigo).

El concepto familiar, a diferencia del judío, incluía además de los esposos y los hijos, también a todos los demás parientes que vivían juntos, a los siervos e incluso a los esclavos, por lo que el concepto de unidad familiar era mucho más amplio y tenía una orientación más amplia que la patriarcal. Dentro de la sociedad Romana existían tres formas de contraer matrimonio: Podía ser mediante un contrato (confarreatio), por el cual la esposa pasaba a estar bajo el poder del esposo, también, tras el equivalente a una ceremonia religiosa, mediante coemptio, lo cual equivalía a una venta de la esposa al esposo por parte del padre de la misma, o por usus, situación que se hacía efectiva en el caso de que una pareja que vivía en concubinato por un tiempo ininterrumpido.25 Un detalle importante para algunas referencias del Nuevo Testamento era la preparación de la novia, que era sometida a un baño especial y era vestida con ropas especiales. La novia, luego de la lectura de los votos matrimoniales, del contrato de matrimonio firmado por ambos contrayentes delante de los testigos, y de la cena nupcial, era dirigida por una procesión acompañada por antorchas o lámparas hacia la casa del novio para así consumar la unión matrimonial.

Las ceremonias de bodas judías eran similares, tanto en el procedimiento como en lo que implicaba de compromiso matrimonial. La relación sólo podía ser rota por un divorcio. En el libro de Apocalipsis se hace referencia a lo que pareciera ser una boda típica. Jesús participó en las festividades de las bodas de Caná. También en la parábola de las diez vírgenes estas ceremonias son mencionadas como una analogía de la segunda venida de Jesús.

Aspectos de la economía en el imperio romano

Tres aspectos de la economía de Roma son importantes en el estudio del contexto socioeconómico de los evangelios: el comercio, el uso de monedas como forma de pago, y el cobro de impuestos. En cuanto al comercio, las garantías otorgadas por Roma, la construcción de vías terrestres y la protección de las vías marítimas, no sólo permitieron el incremento en la actividad comercial sino, también el aumento del flujo de viajeros para otros fines. Esto como consecuencia facilitó el esparcimiento del cristianismo por el fácil desplazamiento de Jesús por los territorios de Judea, Galilea y Samaria, y a lo largo de todo el imperio romano en el caso de los apóstoles y los primeros cristianos.

El segundo aspecto a considerar es el uso generalizado de monedas como instrumento de intercambio comercial. Anteriormente, el comercio se realizaba por trueque, es decir, por intercambio de bienes, pero alrededor del 580 a.C. los atenienses lanzaron el uso de la dracma. Alejandro el Grande generalizó el uso extensivo de la dracma, acuñada al principio con figuras de personajes religiosos y mitológicos como Heracles, y luego con héroes griegos y personajes históricos. Cerca del 211 a.C. los romanos introdujeron una nueva moneda llamada el denario que equivalía a 10 ases (monedas de cobre), y que junto con el sestercio llegó a ser la moneda oficial romana. Cabe destacar que el primer político en ser representado en una moneda fue Julio César, aun estando con vida, seguido por Augusto. De allí en adelante será típico que los emperadores y principales figuras de la política romana sean representados en las monedas, obviamente como propaganda política.

En relación a las monedas en Palestina, en adición al uso de la moneda romana, el shekel se convirtió en la moneda común para transacciones comerciales. En sus inicios se trataba de una medida de peso. Durante la dinastía Hasmonea el uso de monedas se expandió con la inclusión de otras monedas de diferentes valores como la dracma, el talento, el cuadrante (moneda romana de bronce), la lepta, la mina (ambas de origen griego) y otras. Para tener una idea de sus valores debemos compararlas unas con otras y luego ver, el salario diario de un trabajador común (un denario o una dracma). Así, 16 ases equivalían a un denario de plata o a una dracma (Lucas 15:8). Este también era el valor de un shekel judío. El valor de una mina era de 25 denarios o 100 dracmas (Lucas 19:13). Un soldado miembro de una legión, es decir, uno de los mejores asalariados en Roma, recibía anualmente 225 denarios aproximadamente. Como 25 denarios eran un aureus y 240 aurei un talento, resulta que un talento equivalía a 6.000 denarios, lo que representa aproximadamente 27 años de salario completo. La baja retribución, sin duda, empeoraba, en el caso de trabajadores civiles, y, si añadimos el hecho de que la mayoría de la población romana recibía asistencia pública o tenían trabajos temporales de 6 a 8 meses con salarios aún más bajos, el valor de un talento por años de trabajo se incrementa aún más.

Finalmente, otro aspecto importante para nuestro entendimiento de las narraciones de la vida y ministerio de Jesús, tiene que ver con el atuendo en la época romana. En varias ocasiones los evangelios mencionan prendas de ropa romana pero quizás, los más importantes tienen que ver con la crucifixión de Jesús y las analogías que aparecen en Mateo 5:40 y Lucas 6:29. En la sociedad romana existían dos prendas de vestir principales la túnica (tunicum, lat.; kiton, gr.) y el manto (pallium, lat.; himation, gr.) ambas usadas por personas de diferentes clases sociales.26 La túnica constituía la prenda de ropa interior, usada también como ropa de trabajo. El manto se ponía sobre la túnica como prenda de vestir exterior. Tanto mujeres como hombres usaban túnicas. La diferencia era que las túnicas de las mujeres (stolae) solían ser un poco más largas y confeccionadas con materiales distintos como seda, lino fino y algodón y los colores podían ser más llamativos y variados. Las mujeres usaban debajo de las túnicas un strophium (una banda de tejido que tenía la misma función que hoy en día posee el brasier o sujetador). Se estima que la diferencia del orden en el uso de los términos “túnica” y “manto” en Mateo 5 y Lucas 6 es contextual. Es decir, en Mateo el contexto es una demanda civil por lo que se menciona la túnica primero pues sería el precio a pagar por la pérdida de la demanda, mientras que en Lucas 6 el contexto es un robo por lo que se menciona primero el manto ya que es lo primero que se pierde y está al alcance inmediato del ladrón.27

En el caso de la crucifixión, tres diferentes términos se usan por distintos autores para describir aparentemente la misma prenda de ropa. Juan usa la siguiente frase himation porfuroun o túnica púrpura (Juan 19:2). Mateo usa la expresión klamuda kokkinen o manto escarlata (Mateo 27:28). Y Marcos usa simplemente la palabra porfuran o púrpura (Marcos 15:17). El punto de encuentro entre las tres versiones está en el color de la pieza de ropa que le pusieron a Jesús: escarlata o púrpura. Este color de teñido era casi exclusivo de personas de cierto rango político y llegó a ser distintivo de la posición de emperador de Roma. De allí la expresión en Roma de “ser elevado a la púrpura”, que quería decir que alguien había sido nombrado emperador.28 El término de klamuda se usa para describir el manto usado tanto por viajeros como por soldados, por lo que el énfasis claramente no está en el tipo de pieza sino en el color de la ropa colocada sobre Jesús, vistiéndolo con el color típico de un monarca, parodiando las acusaciones falsas de los líderes judíos acerca de que se estaba proclamando “rey”.

Situación cultural y religiosa de Palestina

Los judíos dentro de la sociedad grecorromana

A pesar de que la rebelión iniciada por Matatías y luego continuada por su hijo Judas (apodado Macabeo o “el Martillador” haciendo alusión a su lucha armada), tenía como propósito la liberación de Israel de la opresión a la cual fueron sometidos por el monarca Seléucida Antíoco IV Epífanes y el restablecimiento de las ceremonias religiosas en el templo de Jerusalén tras la profanación del mismo, fueron justamente los descendientes de esta familia, mejor conocidos como la dinastía Hasmonea (el nombre proviene de un ancestro llamado Hashmon), los que llevarían a la clase sacerdotal, los servicios del templo y las ceremonias a un estado de corrupción sin precedentes, denunciado por Jesús.

La rivalidad por tener el control del tesoro del templo de Jerusalén, la lucha por mantener el poder político y las alianzas necesarias con los monarcas helenísticos descendientes de los Diadochi, llenaron la historia de la dinastía Hasmonea de asesinatos, corrupción, sobornos e injusticias, llevando tanto el templo como la sociedad judía a una degradación intolerable.29 Es durante este período (167-63 a.C.), que termina con la conquista de Jerusalén por parte de las fuerzas romanas dirigidas por el general Pompeyo, cuando, en virtud de diversas rivalidades político religiosas, surgen varios grupos que serán muy relevantes en la vida de Jesús.

Los dos más destacados son los fariseos y los saduceos. Josefo, el famoso historiador judío, asegura que los fariseos surgieron como un grupo opositor a la corrupta dinastía Hasmonea y su dominio del templo.30 Uno de los grupos principales que apoyó la guerra de los Macabeos en contra de Antíoco IV, fue un grupo de fariseos, que como los hasidim, opusieron su ortodoxia judía a la helenización de la fe, remontando sus orígenes históricos a las reformas de Esdras.

Una vez terminada la guerra y luego del establecimiento de la nueva dinastía, este grupo se disolvió y del mismo salieron cuatro corrientes de interpretación religiosa. La primera, la de los fariseos, se dedicó a reinterpretar la ley y añadirle nuevas aplicaciones, la Torah oral, para poder incluir las nuevas circunstancias dentro del contexto político/cultural. La siguiente corriente tuvo como principal herramienta de interpretación el reducir la autoridad de ciertos escritos y dar cabida a nuevas ideas y estos fueron representados por los saduceos. El tercer grupo decidió separarse de la vida política y mantener estricto apego a la autoridad de todos los escritos Hebreos dedicándose a copiarlos y también darle interpretaciones escatológicas y su mejor ejemplo son los esenios (Qumran).Y finalmente el cuarto grupo se dedicó a continuar la guerra civil y esperar una liberación política y el restablecimiento del reinado del mesías: como ejemplo primordial de este grupo tenemos a los zelotes. Estos grupos, enfrentados entre sí, luchaban por el poder en la institución política que los agrupaba a todos: el sanedrín.

Para un mejor estudio de estos grupos políticos/religiosos hablaremos de ellos individualmente, señalando sus creencias y su relevancia en relación a las narraciones de los evangelios.

Fariseos. El nombre se deriva del hebreo parush, separados.31 Surgen históricamente durante el reinado de Juan Hyrcano 134-104 a.C. Los fariseos, primero bajo la dinastía Hasmonea y luego la Herodiana, tenían como su principal agenda la acumulación de poder político y el establecimiento de la interpretación correcta de la Torah a través de las tradiciones orales.32 De hecho los fariseos, como es evidente en sus enfrentamientos con Jesús, argüían que ellos tenían un mejor entendimiento de la Torah y de su correcta aplicación en comparación con los demás judíos, incluyendo Jesús. Los fariseos también incorporaban como autoritarias otras tradiciones judías (libros proféticos y sapienciales incluidos), aceptando por ello la creencia en la resurrección de los muertos, en contraste con los saduceos quienes solo aceptaban los escritos de Moisés y por ello rechazaban tal doctrina. De todos los grupos, los fariseos eran los más influyentes por ser considerados expertos en la interpretación de la ley, ejerciendo su autoridad religiosa en calidad de escribas, y también por tener la mayor cantidad de miembros en el Sanedrín, autoridad política.

Entre los personajes famosos que formaban parte de este grupo están el historiador Flavio Josefo,33 el maestro Gamaliel y el apóstol Pablo (Hechos 22:3, 26:5 y Filipenses 3:5). Entre sus creencias fundamentales se encuentran: la práctica de la santidad dentro de la sociedad, la búsqueda de una conducta virtuosa, el recurso a la autoridad de las tradiciones de los padres como método de interpretación y aplicación de la ley, la función decisiva del libre albedrío junto con la providencia divina para la salvación, lo que los llevaba a concluir que cada persona tenía en sí mismo la capacidad de hacer o no lo correcto (mediante una vida virtuosa y la observación estricta de la ley), la convicción de que los eventos estaban sujetos o predeterminados por la voluntad divina, la creencia en la existencia de ángeles y espíritus (Hechos 23:8), la resurrección de los muertos y el juicio después de la muerte en el cual las personas serían recompensadas o castigadas según sus obras. Los fariseos en su mayoría no parecían tener espacio en el sacerdocio en el templo y su mayor círculo de influencia era en las masas.

Saduceos. Son un grupo bastante prominente dentro de los círculos de influencia y liderazgo judío. Mientras los orígenes de este grupo se debate entre dos teorías, una que eran descendientes de Zadok (1 Crónicas 24:3, Ezequiel 40:46 y 2 Samuel 8:17) y la otra que eran un grupo que se opuso a la substitución de los Zadokitas y su reemplazo por el sacerdocio establecido por los Hasmoneos y favorecido por los fariseos, este grupo representaba la clase sacerdotal y aristocrática (Hechos 5:17), aunque no todos los saduceos pertenecían a la clase sacerdotal del templo, ya que muchos pertenecían a “los ancianos” o cabezas de las familias más pudientes. Este grupo es presentado en diferentes escritos como rivales de los fariseos política y doctrinalmente, sin embargo en las narraciones de la vida de Jesús tienden a estar en acuerdo con los fariseos para contrarrestar sus enseñanzas. Por formar la aristocracia del país no tenían apoyo del común del pueblo, y es a estos a quienes Jesús acusa de haber convertido el templo en una guarida de ladrones, porque tenían como su fuente de influencia el control de los servicios del templo. Con la destrucción del mismo en el 70 d.C. su esfera de influencia entre los judíos llega a su fin.

Es importante recordar que quién controlaba el comercio del templo controlaba también la mayor parte del dinero de la nación, de ahí la lucha entre las principales familias por el control del templo durante la dinastía hasmonea. En cuanto a las creencias de los saduceos, hay que decir que sólo las conocemos por sus opositores: los fariseos (Josefo y otros escritos rabínicos) y los cristianos (Nuevo Testamento), porque no se tienen escritos provenientes de ellos mismos. Así que desde el punto de vista de sus opositores se puede conocer que los saduceos solo aceptaban la Torah, es decir, los escritos atribuidos a Moisés, como fuente de doctrinas, asuntos legales y regulación de la conducta humana, rechazando no sólo las tradiciones orales de los fariseos sino también los profetas y demás escritos del AT. Por eso en el enfrentamiento doctrinal acerca de la resurrección que tienen con Jesús (Mateo 22:23-33) éste cita Éxodo 3:6 en vez de Daniel o Isaías, ya que cualquiera de estos pasajes no habría tenido valor doctrinal para ellos. Esto nos lleva al segundo punto de contraste; los saduceos rechazaban la resurrección y la vida más allá de la muerte, así como la doctrina de un juicio divino (Hechos 23:8).34 Por consiguiente los saduceos creían solamente en el aquí y ahora, y en el deber de todo judío de regir su vida en total adherencia a la ley de Moisés para recibir en vida las consecuencias de las buenas o las malas acciones, que son sencillamente el resultado de las decisiones humanas.35 Los saduceos son los grandes protagonistas de la condenación de Jesús, arguyendo que Jesús habló en contra del templo y su futura destrucción (Mateo 24:1; Marcos 11:15-19; 14:57-58; 15:29). Los saduceos en conjunto con el sumo sacerdote a la cabeza, también protagonizaron el arresto de los apóstoles (Hechos 4:1-22; 5:17-18).

Escribas. El oficio de escriba data de la invención de la escritura como medio de comunicación en el Antiguo Oriente. Los escribas antiguos, por ser los únicos con la capacidad de interpretar y producir escritos legales y religiosos, y por consiguiente de conocer la voluntad y los designios de los dioses. Poseían una influencia político/religiosa que podía superar inclusive a los monarcas, en sociedades donde el grado de analfabetismo era extremadamente alto, ya que sólo los escribas podían leer y escribir y los reyes dependían de escribas para saber la voluntad de sus dioses. Por ello estos pertenecían a las clases dominantes del antiguo oriente o estaban relacionados con la clase sacerdotal.

En el Nuevo Testamento y especialmente en los evangelios y el libro de Hechos de los Apóstoles los escribas aparecen a veces como opositores de Jesús uniéndose a los fariseos. Mientras que los escribas no estaban adheridos a un grupo en particular ni tampoco formaban un grupo organizado en sí mismos, muchos fariseos podían funcionar como escribas (Marcos 2:16 y Hechos 23:9). Su tarea principal, era la de producir documentos de orden legal, crear registros escritos de acciones en relación a la ley, copiar las escrituras y enseñar al pueblo judío acerca de la ley. Estos, al igual que los fariseos y desde otro punto de vista ideológico los saduceos, se especializaban en la interpretación de la ley de Moisés. De hecho Lucas usa el término de “abogados” o “juristas (hoi nomikoi) para designar a este grupo (Lucas 7:30; 10:25) mientras que Marcos (Marcos 2:16) y Mateo usan el termino más tradicional de “escribas” (hoi grammatei).

En relación con Jesús y sus discípulos, los escribas en algunos casos aparecen neutrales (Mateo 13:52), en otros casos, defendiendo a Pablo (Hechos 23:9), y en alguna ocasión Jesús habla positivamente de ellos (Marcos 12:28-34). Sin embargo, en otras instancias aparecen como vehementes opositores de Jesús y sus enseñanzas, simpatizando incluso con su condena a muerte (Marcos 11:27) y también como opositores de los seguidores de Jesús (Hechos 4:5; 6:12). Debido a esta variedad de posturas y su asociación con diferentes grupos se puede concluir que los escribas no constituían un grupo homogéneo. Eran una profesión ejercida por miembros de diferentes extracciones que a su vez mantenían diferentes posturas ideológicas.

La comunidad de Qumran. Un grupo de religiosos, que aunque no aparece en el Nuevo Testamento, es importante dentro del contexto histórico de la época, son los esenios usualmente asociados con la comunidad de Qumran, de la cual se han conservado numerosos manuscritos y copias de casi todos los libros del Antiguo Testamento, excepto del libro de Ester. El término esenio quiere decir piadoso o devoto religiosamente y ritualmente hablando. Aparecen en la historia de Palestina un poco después de la revolución Macabea para oponerse a Jonatán Macabeo por usurpar el puesto de Sumo Sacerdote en el templo de Jerusalén. Se estiman que eran aproximadamente unos 4,000 miembros y un grupo de ellos formó una colonia cerca del Marcos Muerto al este de Jerusalén en lo que hoy se conoce como monasterio de Qumram. Estos se dedican a dos tareas principales: mantenerse puros ritualmente y a crear copias o manuscritos de los sagrados escritos y esconderlos en cuevas de donde fueron descubiertos a partir de 1947. Su importancia para el Nuevo Testamento radica en su literatura apocalíptica , en sus alegatos en contra de la corrupción del templo de Jerusalén y en la creación de un nuevo ritual para purificarse de impurezas rituales. Este consistía en la inmersión diaria por completo en ciertas piscinas (mikveh), para purificarse, apoyándose para ello en razones deducidas del Antiguo Testamento y otras literaturas rabínicas.36

Hay quienes sugieren que Juan el Bautista podía ser miembro de este grupo pero los argumentos aducidos no son comprobables. Sin embargo, no se pueden negar algunas similitudes entre el estilo de vida de Juan el Bautista y los esenios y la similitud en la práctica del bautismo por inmersión y los baños de purificación llevados a cabo por este grupo. También es necesario notar las diferencias, ya que los baños esenios eran diarios mientras que el bautismo de Juan el Bautista era una experiencia de una sola vez en la vida, y constituía un rito de iniciación en vez de una limpieza diaria. Juan el Bautista toma un rito de ablución pero le da un significado nuevo, relacionado con la limpieza de los pecados, asociado a la idea del arrepentimiento. Jesús toma el mismo ritual y le añade la intervención del Espíritu Santo dándole un tono escatológico y de salvación, y sus seguidores (Pablo), lo asocian con la conversión a la nueva fe y la incorporación al cuerpo de Cristo, que es la iglesia. Los esenios eran fuertes opositores tanto de los romanos como de los líderes judíos que dirigían el templo y sus servicios. Con el mismo ímpetu Juan el Bautista también denunciaba a ambos grupos y por lo que tanto los esenios como Juan pagaron un precio alto perdiendo sus vidas.

El sanedrín. La palabra sanedrín, transliterada del griego synedrion, designa a un concilio o cuerpo gubernamental de los judíos, tanto en Jerusalén como en otras juntas gubernamentales (Marcos 13:9). Otros términos usados para referirse a este cuerpo de ancianos o líderes eran “concilio” y presbuterion (de donde proviene la palabra “presbiterio” usada en el Nuevo Testamento para referirse al concilio de líderes de las iglesias (Lucas 22:66; 23:50; 1 Timoteo 4:14). El sanedrín, de acuerdo a diferentes fuentes de la literatura rabínica, estaba compuesto de entre 71 y 73 miembros,37 y estaba presidido por el sumo sacerdote.38 Tenía la facultad de decidir en asuntos legales y funcionaba como un tribunal para tomar decisiones que tenían que ver con falsos profetas, cuestiones relativas al sumo sacerdote, etc. (Sanhedrin 1.5). Este cuerpo tenía la facultad de sentenciar a alguien a muerte por algún delito grave pero no tenía la facultad de ejecutar la sentencia ya que sólo los romanos podían hacerlo.39 Desde el punto de vista de los evangelios, el sanedrín toma una importancia decisiva en el enjuiciamiento de Jesús.

Anteriormente ya aludimos a la ilegalidad del juicio de Jesús desde el punto de vista jurídico- romano, ya que el juicio de Jesús tuvo dos facetas: una judía y otra romana, o mejor dicho, hubo básicamente dos juicios en un día. Si lo analizamos desde el punto de vista jurídico judío, vemos que, de acuerdo a la Mishnah toda sentencia que pudiera conllevar la pena de muerte, tanto el juicio como el veredicto, debían llevarse a cabo durante las horas del día. Los veredictos en los casos en que se presumía la absolución se podían pronunciar el mismo día, pero en caso de presunta condenación debían ser aplazados al día siguiente y no resueltos en el mismo día (Sanhedrin 4.1). En el caso de Jesús ambos fueron ejecutados en una misma noche.

El proceso de cuestionamiento en el juicio judío era muy riguroso, basado en preguntas de tipo: “¿En qué año? ¿En qué mes? ¿En qué día? ¿A qué hora? ¿En qué lugar? ¿Lo reconociste? ¿Le advertiste?” etc. llevando hasta el detalle más mínimo que permitiera absolver al acusado. Los detalles de las respuestas de los testigos acusadores, un mínimo de dos, eran entonces examinados comparativamente para encontrar cualquier discrepancia y si se hallaba la más mínima, el acusado era absuelto. Luego de esto, un segundo testigo era traído para que hablara a favor de la absolución del acusado y su testimonio era examinado con la misma rigurosidad y si coincidían el acusado era absuelto. Finalmente, se le pedía al acusado que expusiera sus razones por las cuales no debía ser sentenciado y considerado inocente y si su testimonio era considerado valedero entonces era absuelto también.40

A Jesús no lo llevaron inmediatamente al concilio sino a casa de Anás (Lucas 18:19-24), el suegro del sumo sacerdote Caifás, quién era el encargado de presidir el juicio. En el interrogatorio no hay una acusación formal y Jesús responde de acuerdo al proceso establecido en la jurisprudencia judía, apelando a aquellos que lo habían escuchado hablar y de los cuales ni uno solo había sido llamado como testigo. Finalmente lo llevaron de madrugada ante Caifás y al Sanedrín. Hubo mucha contradicción entre los testigos hasta que dos de ellos mencionaron que Jesús dijo que “Él podía derribar el templo y volverlo a construir” (Mateo 26:59-63). Este cargo no constituía suficiente evidencia como para ser condenado a la pena máxima. Sin embargo, el juez antes de efectuar el juicio y sin cargo justificable ya había decidido condenar a Jesús (Juan 11:47-50; Mateo 26:59).

En el caso de asuntos difíciles se dejaba la condenación hasta el día siguiente para que el concilio pudiese dedicar la tarde y la noche a reflexionar y discutir los detalles en un último intento de absolver al acusado y si no, era finalmente declarado culpable.41 Pero a Jesús lo interrogaron por la noche y la reunión en la que fue finalmente condenarlo se dio en la mañana, y sin mayor discusión fue condenado a muerte. En otras palabras el juicio de Jesús fue una violación flagrante de la jurisprudencia establecida por la Mishnah,42 y por lo tanto ilegal, tanto desde el punto de vista romano como desde el judío.

Los rabinos. La mayor parte de la información extra bíblica acerca de los rabinos proviene de fuentes que datan de después de la destrucción del templo en el 70 d.C. El termino rabbi es importante porque tanto Jesús como Juan el Bautista son llamados con este título (Mateo 23:7; Juan 3:26). Este término es traducido literalmente como maestro, pero proviene del hebreo rab, que también significa “líder”, “capitán” (Jeremías 39:9), “anciano”, o “jefe”, y que con el sufijo i se traduce como “mi maestro”. En los evangelios se refiere a maestros dedicados a la interpretación de la Torah y cuyas cualificaciones incluían “sabiduría, entendimiento, buena fama, temor a Dios, hombres de verdad que odian la injusticia”.43 Eventualmente estos maestros ordenaban, a través de un ritual representado por la imposición de manos (que luego, los cristianos tomarían como ceremonia representativa de la unción del Espíritu Santo sobre un creyente, en preparación para el ministerio), a uno o dos de sus propios discípulos para que continuaran su trabajo y transmitiesen sus enseñanzas.

Antes de la destrucción del templo, el término griego para “maestro” (didaskalos) era usado como un título honorario, en forma poco específica. En los evangelios designa una posición que implicaba el respeto por parte de los discípulos, aprendices o estudiantes, hacia aquel a quién habían decidido seguir (Mateo 10:24), y cuyas enseñanzas veneraban. Quizás las asociaciones más cercanas a estos grupos de discípulos reunidos en torno a un maestro, que luego se encargarían de continuar y transmitir sus enseñanzas, provienen de las escuelas de los profetas en Antiguo Testamento y de las escuelas filosóficas Griegas, que también tenían una organización similar.44

La sinagoga. El término Griego sunagoge, puede usarse en dos sentidos, literal (Mateo 9:35) referido a un lugar o edificio dedicado a servicios religiosos, o retóricamente (Santiago 2:2) en referencia a un conjunto de judíos, o con sentido metafórico (Apocalipsis 2:9; 3:9).45 El origen de la sinagoga no está claro, pero parece haber surgido durante el retorno de los judíos del exilio babilónico, o en Egipto, como un medio de mantener la cohesión de la comunidad judía.46 Dentro de sus funciones se hallaban las reuniones de los sábados, actividades sociales, procedimientos legales y reuniones políticas.47 Los servicios sabáticos incluían, principalmente, la oración en común, la lectura de la Torah, de los profetas u otros escritos autorizados, y un sermón, con alguna interpretación y/o aplicación del pasaje leído.48 La sinagoga juega un papel importante en el estudio del Nuevo Testamento porque varias de las escenas de la vida de Jesús ocurrieron en una sinagoga; porque es mencionada en forma metafórica en el Apocalipsis; y porque las sinagogas se convirtieron en el modelo precursor de lo que luego serían los sitios de reuniones de los cristianos, que comenzaron en los hogares.

Samaritanos. El término designa a los habitantes de la capital del antiguo reino de Israel, Samaria (2 Reyes 17) y de su entorno. Los samaritanos eran menospreciados por los judíos porque tenían a Siquem y el Monte Gerizim como lugares santos, en vez de Jerusalén y el Monte Sión. Esta rivalidad entre ambos grupos durante los tiempos postexílicos refleja indudablemente una continuación de la rivalidad entre Samaria y Jerusalén descrita en los tiempos preexílicos. De hecho, es así como la literatura rabínica los describe.49

Los samaritanos empezaron a señalarse como grupo aparte después del exilio, aunque la mayoría de sus creencias eran iguales a las de los judíos, y diferían sobre todo en cuanto al lugar de adoración. Los samaritanos, en substitución al templo de Jerusalén, edificaron su propio templo en el Monte Gerizim, cuya construcción original, según Josefo y los restos arqueológicos, data de tiempos de Alejandro el Grande. Al comienzo de la era helenística, familias nobles de Samaria, despojadas de influencia política por los nuevos gobernantes griegos, decidieron establecerse en el sitio de la antigua Siquem y reconstruirla, construyendo un templo en la montaña adyacente, Gerizim. Más tarde, este templo fue destruido por el monarca Hasmoneo Juan Hyrcanos, aunque el sitio siguió siendo considerado sagrado.50 Los samaritanos también rechazaban el sacerdocio del templo de Jerusalén, prefiriendo su propio linaje sacerdotal, que se remontaba hasta Aarón. Tenían su propia versión del Pentateuco (datada del segundo siglo a.C.) y rechazaban, al igual que los saduceos, todos los escritos que no fuesen los cinco libros de Moisés, así como la resurrección, pero a diferencia de los saduceos, tenían expectativas mesiánicas.

Herodes el Grande. Herodes es uno de los personajes más controvertidos de la historia de Israel. Además de ser un gran arquitecto y político, era un hombre cruel y cegado por su obsesión de mantener el poder. Herodes no era un gobernante legítimo según las tradiciones de Israel ya que no tenía ningún derecho al poder, pues no era descendiente de los Hasmoneos. Pero para intentar paliar esta deficiencia contrajo matrimonio con Marianne, una princesa hasmonea hija de Alexander y Alexandra. Durante la guerra entre Pompeyo y Julio César, éste puso a Antipater, padre de Herodes, como gobernador de Judea, y este a su vez, puso a su hijo Fasael como gobernador de Jerusalén y a su otro hijo Herodes como gobernador de Galilea. Sin embargo, el conflicto con los partos, que apoyaban la reinstauración de los Hasmoneos a través de Antígono hizo que Fasael y el sumo sacerdote Hircano fuesen encarcelados, y Herodes se fuese a Roma para consolidar su posición, dejando a su familia en Masada. Antígono, por el temor de que la gente favoreciera a Hircano como sacerdote, le cortó las orejas, y Fasael cometió suicidio. Esto dejó a Herodes como el único político que Roma tenía a cargo de la región, lo cual fue apoyado tanto por Marco Antonio como por Octavio (Augusto César). Para validar aún más su legitimidad, Herodes, se valió de su esposa Marianne para reclamar su derecho al trono, tanto por el otorgamiento romano como por su herencia hasmonea. Por ello desde el año 40 a.C. hasta el 4 d.C. Herodes fue el gobernador representante de Roma en toda la provincia.

Debido a la oposición que enfrentó durante todo su reinado y su obsesión con el poder, Herodes llega a asesinar a cualquier persona sospechosa de querer usurpar su puesto. Entre las víctimas están Hircano (el sumo sacerdote), su propio hermano, Marianne su esposa, su suegra Alexandra, dos de sus hijos habidos con Marianne, y su hijo Antipater.

Herodes realizó grandes obras arquitectónicas, entre las que se encuentran los fuertes de Masada, Herodium, Maccarius, Cesarea Marítima y Sebaste, pero su mayor realización fue la reconstrucción del templo o Segundo Templo. Este es el templo que se menciona en las narraciones de los evangelios, en el cual acusaron a Jesús de querer destruirlo. Sin embargo, la intervención de Herodes en la vida de Jesús, tiene que ver con su obsesión con la preservación de su posición política y la eliminación de cualquier amenaza. Es por ello que al enterarse de que había nacido un nuevo rey de los judíos, Herodes decide eliminarlo así como hizo con otros potenciales usurpadores. Pero Dios intervino y a través de diferentes medios, evitó que Herodes con todo su poder causara daño al niño Jesús.

Herodes fallece en el 4 d.C. y es enterrado en el Herodium, el más impresionante de sus fuertes. En su lugar dejó a sus tres hijos, con el beneplácito del emperador, encargados de los territorios que estaban en su poder: Arquelao quedó a cargo de Jerusalén y Judea, Herodes Antipas de Perea y Galilea (este fue quién mandó a decapitar a Juan el Bautista y quién participó en el juicio de Jesús), y Felipe al mando de los demás territorios. Así se afirma la efímera dinastía herodiana.

Los Evangelios y la arqueología

Es imprescindible hacer mención de varios descubrimientos arqueológicos que iluminan nuestro entendimiento de la vida y las enseñanzas de Jesús tal como las relatan los evangelios, verificando la autenticidad histórica de ciertos personajes vinculados con su vida y ministerio.

1. Una expedición italiana descubrió en 1961 en Israel, en la cuidad de Cesarea Marítima, una piedra con la siguiente inscripción51:

…S TIBERIEUM /…TIUS PILATUS /…ECTUS IUDA…

La inscripción ha sido traducida como “Tiberio, Poncio Pilato, Prefecto de Judea”.52 Esta no sólo confirma la historicidad de Poncio Pilatos sino que confirma su cargo y posición política mencionada en los evangelios.

2. Dos osarios que contienen el nombre de Caifás fueron descubiertos en Jerusalén.53 Estos se encontraron en una tumba con otros que pertenecían a familiares del sacerdote. El osario número 6, que estaba bien decorado, indicando que pertenecía a alguien de alto estatus socio-económico, contenía los huesos de un hombre de aproximadamente 60 años de edad y cuyo nombre sería José Caifás. Este es presumiblemente el mismo Caifás mencionado en la narración bíblica (Juan 18:24).

3. Otro descubrimiento iluminador a las narraciones sobre la vida de Jesús, ocurrió en las orillas del lago de Galilea, donde al bajar el nivel de las aguas, se descubrió un bote de pesca que databa del tiempo de Jesús.54 Las dimensiones del bote eran de 8 metros de largo, dos metros de ancho y un metro de altura. Aunque nada lo asocia directamente con Jesús o sus discípulos, su descubrimiento en 1986 nos da una idea de cómo eran los botes de pesca de la época, incluyendo los que son mencionados en los evangelios.

4. Una evidencia arqueológica nos aporta información adicional en cuanto a la crucifixión, aunque sea objeto de debate. En 1968, los huesos de un joven de entre 24 y 28 años de edad fueron encontrados en una excavación de Vassilios Tzaferis.55 En el osario que contenía los restos de este joven judío se lee la siguiente inscripción: “Yehohanan, el hijo de HGQWL”. El nombre Yehohanan aparece también inscrito en los lados del osario. Es incierta la traducción de HGQWL. La tendencia con más apoyo sugiere como el nombre de Hagakol.56 Otros prefieren ver en vez de un nombre, un adjetivo, traducido como “hijo del que colgaron con sus rodillas aparte”, y en base a esta traducción suponen que el joven fue crucificado boca abajo con los pies clavados sobre el travesaño de madera.57

Tres diferentes sugerencias han sido dadas en cuanto a la forma de crucifixión sufrida por ese joven, basadas en el estudio de sus restos y la posición de los clavos.58 Todas, exceptuando la de Yadin, que se basa en una reconstrucción del texto y no en el análisis de los huesos, parecen posibles. Sin embargo, el punto más importante es que contradicen la idea popular de donde se colocaban los clavos, ya que en el caso de Yahohanan los clavos atravesaron los tobillos y no la parte frontal de los pies como usualmente se representa la crucifixión. Es posible que hayan existido varios métodos de crucifixión y más evidencia es necesaria para poder llegar a conclusiones más definitivas.

5. Hay dos lugares en Jerusalén que se disputan la localización de la tumba de Jesús: la Iglesia del Santo Sepulcro en la sección cristiana de la antigua Jerusalén y la tumba del Jardín, localizada a unos 100 metros fuera de la puerta de Damasco. Probablemente ninguno de los dos sea fiable.59 La tumba del Jardín data de la edad de Hierro II y fue construida entre los siglos 8 y 7 a.C. Los osarios y otras características propias de las tumbas de esa época están ausentes en ambas tumbas. Sin embargo, existen en varias tumbas que datan del primer siglo (denominadas “tumbas de la era del segundo templo de Jerusalén”), que no sólo se correlacionan arqueológicamente, sino también tienen mayor similitud con la descripción del texto bíblico.60 Así, la tumba Herodiana en Jerusalén y la tumba con la piedra rotatoria en Heshbon (Jordania), aunque no fueron la tumba de Jesús, nos dan una mejor idea de cómo era la misma. En su mayoría tenían dos compartimentos, los techos eran arqueados, contenían evidencia de dos entierros, tenían espacios más pequeños, arcosalia, para el depósito de osarios y la entrada principal a la primara cámara estaba sellada con una piedra circular que se rodaba para bloquear el acceso a la tumba.61

ANEXO: Los Herodes

Existen varios nombres comunes a algunos personajes del Nuevo Testamento. El nombre de Juan puede referirse al Bautista o al discípulo amado. Lo mismo ocurre con nombres como Judas, María y otros. Quizás el más confuso de todos es el nombre de Herodes, porque lo llevan tres personajes importantes en las narrativas de los evangelios y del libro de los Hechos: Herodes el rey de Judea cuando nació Jesús, Herodes Antipas y Herodes Agrippa I.

Sin duda el más famoso y controvertido de los Herodes es el primero, llamado también “el Grande”. Dentro del relato del nacimiento de Jesús según Mateo, el rey Herodes aparece como el gran antagonista que trata de engañar a los sabios de oriente, y tras sentirse burlado, ordena la matanza de los niños a fin de acabar con la vida del Mesías, su rival “rey de los judíos”. Tal caracterización es acorde con lo que se conoce de este personaje. Herodes era inicialmente gobernador de Galilea y luego por decreto del Senado Romano bajo el auspicio de Marco Antonio y Octavio (quién sería después Augusto César) fue declarado rey de los judíos. Su título de rey quedaba supeditado bajo la autoridad del imperio romano. Herodes era idumeo de nacimiento, tenía ascendencia fenicia, su religión era el judaísmo, era ciudadano romano, de cultura helenística y por matrimonio con la princesa Mariamne emparentó con la dinastía Hasmonea.62 La combinación de su obsesión por mantener su posición y su temperamento altamente irascible lo llevaron a ser reconocido por su crueldad y los múltiples asesinatos que realizó cuyas víctimas incluyen su esposa Marianmne, su cuñado Aristóbulo, su suegra, tres de sus hijos, y su hermano entre muchos otros. Aparte de su crueldad, Herodes también era reconocido por su habilidad como político y como arquitecto. Entre sus obras maestras están las fortalezas de Masada, Herodium, y Machareus (lugar donde fue decapitado Juan el Bautista), ciudades como Cesarea Marítima y Sebastes, y sobre todo el Templo de Jerusalén, frecuentado por Jesús y destruido en el año 70.

El segundo personaje con el mismo nombre es Herodes Antipas, hijo de Herodes el Grande, mencionado en los evangelios de Lucas (9:7), Marcos (6:14) y Mateo (14:1). En estos relatos actúa como antagonista de Juan el Bautista. Este es el Herodes que luego de ser persuadido por Herodías y su hija y con la premonición de querer matarle (Mateo 14:1-12), ordenó la decapitación de Juan el Bautista, primo de Jesús. Es ante este mismo Herodes que Jesús comparece por orden de Pilato, ya que Jesús era de Galilea y Herodes tenía jurisdicción en esta área (Lucas 9:7-9 y 23:6-12). Este Herodes era Tetrarca, es decir, que sólo gobernaba para Roma sobre la cuarta parte de la provincia de Galilea. Dentro de sus obras más significativas está la construcción de dos ciudades en la provincia de Galilea: Tiberias y Seforis. En Tiberias, cuidad dedicada al emperador Tiberio, y capital de la provincia, donde Herodes Antipas estableció su palacio. Una inscripción de Cos menciona a este personaje.63 Tuvo como esposas a Aretas IV, una princesa Nabatea, y a Herodias la esposa de su medio hermano.

El tercer Herodes, Agripa I, se menciona en Hechos 12:20-25, aludiendo a su muerte como resultado de querer igualar su voz de mando a la voz de un dios. La misma historia es relatada con mayor detalle por Josefo.64 Herodes Agripa era nieto de Herodes el Grande e hijo de Aristóbulo, hijo de Herodes el Grande, y Berenice. También era hermano de Herodías, quién se casó con Herodes Antipas. El padre de Herodes Agrippa I, Aristóbulo, fue ejecutado por su abuelo, Herodes el Grande. Luego de haber estado encarcelado por Tiberio por apoyar a Gaius Calígula para que llegase a ser emperador, fue constituido como “rey” (o más bien gobernador), tras la muerte de Tiberio, sobre las tetrarquías de Filipo y Lisanias65 por Calígula mismo, ya emperador. En el 39 Calígula amplió los dominios de Herodes Agripa incluyendo las provincias de Perea y Galilea. Bajo el gobierno de Claudio, sucesor de Calígula, su territorio fue extendido aún más incluyendo a Judea y Samaria, recibiendo el rango de praetor.

Preguntas de estudio

  1. ¿Cuáles son algunos de los descubrimientos arqueológicos que iluminan nuestro estudio y entendimiento de la vida de Jesús?
  2. ¿Como se pueden resumir los aspectos principales que caracterizaron la influencia de Alejandro el Grande y la cultura griega sobre el mundo donde nacería Jesús?
  3. Explica los siguientes términos dentro de la historia de Roma: Etruscos, plebeyos, patricios, guerra púnica, Lex HortensiaPax Romana, y Triunviratos.
  4. ¿Quiénes son los siguientes personajes: Augusto César (Octavio), Julio César , Tiberio, Poncio Pilatos, Josefo, Félix el gobernador, Caifás, Anás, Herodes el Grande, Herodes Agrippa, y Herodes Antipas?
  5. Describe los siguientes grupos o entidades judías: fariseos, saduceos, los rabí, la sinagoga, el sanedrín, la comunidad de Qumrán, y los escribas.

Bibliografía sugerente para profundizar

Bainton, Roland H. Christiannity. Boston: Mariner Books, 2000.

Ferguson, Everett. Backgrounds of Early Christianity. Grand Rapids, MI.: Eerdmans, 2003.

Green, Joel B. y Lee Martín Marcos Donald, eds. The World of the New Testament: Cultural, Social, and Historical Contexts. Grand Rapids, MI.: Baker Academic, 2013.

Jeffers, James S. The Greco-Roman World of the New Testament Era: Exploring the Background of Early Christianity. Westmont, Ill.: InterVarsity Press, 2009.

Marcos Ray, John. Archaeology and the New Testament. Grand Rapids, MI.: Baker Academic, 2008.

Packer, James Innell y Merrill Chapin Tenney. Illustrated Manners and Customs of the Bible. Nashville, TN.: Nelson, 1980.

Rodgers, Nigel y Hazel Dodge. Roman Empire. London: Lorenz Books, 2008.


1 Everett Ferguson, Backgrounds of early Christianity (Grand Rapids, MI.: Eerdmans, 2003), 8.

2 Ibíd., 326.

3 La palabra “discípulos” describe a los seguidores de un maestro o filósofo.

4 Nigel Rodgers y Hazel Dodge, Roman Empire (Londres: Lorenz Books, 2008), 22.

5 El término “plebeyo” simplemente designa a la gente del pueblo de origen no aristocrático.

6 Rodgers y Dodge, Roman Empire, 26.

7 Ferguson, Backgrounds of Early Christianity, 22

8 La historia cuenta que después de que Antíoco III fuese sacado de la provincia de Asia, cuando su hijo Antíoco IV trató de recuperar Egipto en el 168 a.C., una comisión del Senado Romano liderada por C. Popilio Lenas lo encontró en el camino y luego de dibujar un círculo alrededor del monarca helenístico le ordenó no salir del mismo hasta que diera su juramento de retirarse de Egipto. Antíoco IV lo hizo sin titubear por temor a Roma. Cf. Polibio, Historia, 29 -27; Plutarco, Moralia, 202.

9 “La Grecia conquistada conquistó a su conquistador e introdujo las artes en el agreste Lacio” (Horacio, Epístolas, II.1, 156-157).

10 E. S. Ramage, The Nature and Purpose of Augustus Res Gestae (Stuttgart: Steiner, 1987).

11 Fergusson, Backgrounds of Early Christianity, 27.

12 Suetonio, Augustus, 28.

13 Ferguson, Backgrounds of Early Christianity, 46.

14 Un denario era el salario diario común de un trabajador según la parábola narrada por Jesús (Mateo 20:1-15). Sin embargo, según el historiador Tácito, el salario regular de un soldado era menos de un denario al día. El denario era la moneda romana más o menos equivalente en valor a la dracma griega.

15 Ferguson, Backgrounds of Early Christianity, 56-57.

16 Su nombre proviene precisamente de que los equites (caballeros) formaban la caballería del ejército romano.

17 Ferguson, Backgrounds of Early Christianity, 58.

18 Ibíd., 51.

19 Wilkins, en Zondervan Illustrated Bible Commentary: Mathew, 176.

20 Plutarco, Moralia, 554 A/B; cf. 554 D; De sera numinis vindicta, 9.

21 Apiano, Guerra civil, 3.54 y Digest 48.17.1.

22 Ferguson, Backgrounds of Early Christianity, 65.

23 Séneca, De beneficiis 4.16.2.

24 Ferguson, Backgrounds of Early Christianity, 69.

25 Ibíd., 74.

26 Rodgers y Dodge, Roman Empire, 490.

27 Ferguson, Backgrounds of Early Christianity, 96.

28 Rodgers y Dodge, Roman Empire, 491.

29 Ibíd., 407-411.

30 Ant. 13.10.5-6.

31 Michelle L. Barnewall, “Pharisees, Sadducees, and Essenes”, en The World of the New Testament: Cultural, Social, and Historical Contexts (Joel B. Green y Lee Martin Marcos Donald, eds.: Baker Academic, 2013), 218.

32 Dennis E. Smith, “The New Testament and It’s World”, en Chalice Introduction to the New Testament (St. Louis, MO.: Chalise Press, 2004), 10.

33 Ant 18.15 LCL.

34 Cf. Josefo, Guerras Judías 2.164-65; Ant. 18.66.

35 Los saduceos eran más severos que los fariseos (Hechos 5:33-39) en la aplicación de la Torah (Ant. 20.199; 13.294).

36 Ferguson, Backgrounds of Early Christianity, 526.

37 Kenneth D. Litwak, “Synagogue and Sanhedrin” en The World of the New Testament, 270.

38 Ant. 4.218.

39 Ant. 14.167.

40 Mientras más inquisitivo era el quién presidia el juicio, más alabado era. La Mishnah señala el caso de Ben Zakkai, quién inquirió en un juicio hasta el estado de unos higos (Sanhedrin 5.1-4).

41 Mishnah, Sanhedrin 5.5.

42 Ferguson, Backgrounds of Early Christianity, 569.

43 Midrash Rabbah, Deuteronomio 1.

44 Ferguson, Backgrounds of Early Christianity, 325-326.

45 Otro término paralelo usado para referirse a un local dedicado a servicios religiosos y a la oración es el griego proseuche (Hechos 16:13), citado en una inscripción que data entre 246-221 a.C. en referencia a una capilla de oración dedicada al rey Ptolemeo (Runesson, Source Book, 193, n. 150).

46 Litwak, “Synagogue and Sanhedrin”, 265.

47 Flavio Josefo, Ant. 2.235, 258, 259-61; Filón, Legat. 156.

48 Filón, Prob. 80-84; Legat. 311; Lucas 4:16-30.

49 Flavio Josefo, Ant. 9.14.3

50 Ferguson, Backgrounds of Early Christianity, 535.

51 Antonio Frova, “L’Inscrizione di Ponzio Pilato a Cesarea”, en Rendiconti 95 (1961), 419-34.

52 Jerry Vardaman, “A New Inscription Which Mentions Pilate as Prefect”, JBL 81, 1962: 70-71.

53 William Horbury, “The Caiaphas Ossuaries and Joseph Caiaphas Palestinian Exploration”, Quaterly 126 1994, 33-36.

54 Shelley Wachsmann, “The Sea of Galilee boat: an extraordinary 2000 year old discovery”, Springer (2013), 3.

55 Vassilios Tzaferis, “Crucifixion – The Archaeological Evidence”, BAR 11 (Jan-Feb, 1985): 44.

56 J. Naveh, “The Ossuary Inscriptions from Givat ha-Mivtar”, Israel Exploration Journal, 20 1-2, 1970: 35.

57 Yadin Yigael, “Epigraphy and Crucifixion” en IEJ 23.1, 1973:18-19.

58 John Marcos Ray, Archaeology and the New Testament (Grand Rapids, MI.: Baker Academic, 2008), 205.

59 Ibíd., 206-208.

60 Nahman Avigad, “Discovering Jerusalem: The Tombs in Jerusalem. The Second Temple Period”, EAEHL 2.628-41; cf. Eric M. Meyers, “Secondary Burials in Palestine”, en Biblical Archaeology 33, Feb. 1970:2-29.

61 Joseph Kohlbeck y Eugenia Nitowski, “New Evidence May Explain Image on Shroud of Turin”, BAR 12, July-Aug 1986:22.

62 Ferguson, Backgrounds of Early Christianity. 56.

63 Ibíd., 67.

64 Ant., 19.343-50.

65 Ferguson, Backgrounds of Early Christianity, 2013: 71.