6. La fe de Enoc

“Así obtendrás una experiencia muy valiosa. A medida que prosigas en conocer al Señor, sabrás que Sus salidas están preparadas como el alba. Y cuando recibas ayuda y consuelo, canta las alabanzas de Dios. Habla con Dios. Así te convertirás en un amigo de Dios. Confiarás en Él. Obtendrás una fe que confiará tanto si tienes ganas de confiar como si no. Recuerda que el sentimiento no es una evidencia de que eres cristiano. La fe implícita en Dios muestra que eres Su hijo. Confianza en Dios. Él nunca te defraudará. Él dice: ‘No los dejaré sin consuelo; Vendré a ti. Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veis; porque yo vivo, vosotros también viviréis’. No vemos a Cristo en persona. Es por la fe que lo contemplamos. Nuestra fe se aferra a sus promesas. Así caminó Enoc con Dios.” (Gospel Herald 01.03.1901)

“Fue a través de un conflicto constante y una fe sencilla que Enoc caminó con Dios. Todos podemos hacer lo mismo. Podemos convertirnos y transformarnos cabalmente, y ser verdaderamente hijos de Dios, no sólo gozando de su favor, sino con nuestro ejemplo, guiando a los demás por el camino de la humilde obediencia y consagración. La verdadera piedad es difusiva y comunicativa. El salmista dice: “No he escondido tu justicia dentro de mi corazón. He declarado tu fidelidad y tu salvación. No he ocultado tu bondad amorosa y la verdad de la congregación’. Este proceder es exactamente lo opuesto al que siguieron los ciegos fariseos, a quienes Jesús les dijo: ‘Tu pecado permanece’.” (ST 23.06.1887)

“Mientras nos esforzamos por representar a Cristo ante el mundo, debemos ejercer fe en Él. Él dice: ‘Conforme a vuestra fe os sea hecho’. Fue por fe que Enoc caminó con Dios. No pidas a otros que ejerzan la fe por ti. Debes tú mismo obtener una experiencia diaria en las cosas de Dios. Tú mismo debes darte cuenta de la verdad de las palabras: ‘Al que cree, todo le es posible’” (ST 19.06.1901)

“Aquel que es poderoso en el consejo, a quien se ha dado todo poder en el cielo y en la tierra, vendrá en ayuda de los que confían en él. En las Escrituras leemos que en ciertos lugares Cristo no pudo hacer muchos milagros, a causa de la incredulidad que allí había. Es de gran importancia que tengamos una fe que no esperará la evidencia de la vista antes de aventurarse a avanzar. “Por la fe entendemos que los mundos fueron hechos por la palabra de Dios, de modo que las cosas que se ven no fueron hechas de cosas que se ven. Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella. Por la fe Enoc fue trasladado para que no viera la muerte; y no fue hallado, porque Dios lo había trasladado; porque antes de su traslado tuvo este testimonio, que agradó a Dios. Pero sin fe es imposible agradarle; porque es necesario que el que viene a Dios crea que Él existe, y que es galardonador de los que le buscan diligentemente.” ” (YI 10.01.1901)