Texto de memoria:
“Sé fuerte y muy valiente. Cuídate de obedecer toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito dondequiera que vayas.”
— Josué 1:7 (NVI84)
SÁBADO
¿Qué significa este texto para ti? ¿Qué le está diciendo Dios a Josué?
En el contexto de escuchar a Dios y obedecer, ¿qué quiso decir Jesús cuando dijo a sus discípulos:
“Pero yo les digo la verdad: les conviene que yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador no vendrá a ustedes; pero si me voy, se los enviaré.”
— Juan 16:7 (NVI84)
¿Por qué fue bueno para los discípulos que Jesús los dejara, y cómo se relaciona esto con la obediencia?
¿Qué habría pasado con su desarrollo si Jesús se hubiese quedado?
¿Existe una forma de obediencia que parezca buena —una persona que actúa correctamente, hace lo que corresponde— pero que, en realidad, sea contraria a lo que Dios desea?
¿Hay un tipo de obediencia que interfiera con el diseño y los propósitos de Dios?
Considera este comentario:
“Una sumisión hosca a la voluntad del Padre desarrollará el carácter de un rebelde. El servicio es visto por tal persona como una labor pesada. No se realiza con alegría ni en el amor de Dios. Es un mero cumplimiento mecánico… Tal servicio no trae paz ni quietud al alma.”
— That I May Know Him, p.120
Pero, ¿existe otro tipo de obediencia que también interfiera con el deseo de Dios, aunque se haga con un buen corazón, con la intención de obedecer?
¿Qué tal una persona que desea obedecer, pero que mira constantemente a quien está en autoridad para que le diga qué hacer, para que lo dirija?
¿Es esa la obediencia que Dios quiere de nosotros?
¿Desea Dios más que la obediencia de un perro bien entrenado?
¿Estaría Dios satisfecho con adoradores adultos que comiencen cada día diciendo:
“Padre, te entrego mi vida y quiero obedecerte. No quiero fallarte, ni desviarme de tu voluntad. Así que dime, Padre, ¿debo ponerme la camisa azul o la verde hoy? ¿Debería usar mis zapatos nuevos o los viejos? Puede que llueva, ¿debo llevar poncho o paraguas? Y, en el camino al trabajo, ¿tomo la autopista del sur o la del norte? Para el desayuno, ¿avena con pasas o granola con frutas?…”?
¿Es este el tipo de obediencia que Dios quiere?
¿Y qué hay de la obediencia que surge del miedo al castigo? ¿Qué hay de malo en eso?
¿Alguna vez has visto niños que se comportan bien cuando el maestro o el padre está presente, pero en cuanto el adulto se va, reina el caos?
¿Es eso lo que Dios desea?
¿Nos da esto alguna pista sobre por qué Jesús dijo que era bueno que Él se fuera de entre sus discípulos?
¿Habrían crecido y madurado igual de rápido si Él hubiera estado siempre presente diciéndoles cada respuesta?
¿No permitiría el Espíritu de verdad y de amor, que trae verdad y convicción, que ellos pensaran, estudiaran, razonaran y crecieran más rápido al aprender a distinguir entre el bien y el mal, y a elegir lo correcto porque es correcto, y no simplemente porque Jesús se los dijo?
¿Tiene esto alguna aplicación para nosotros?
Esta semana encontré esta cita del libro Fundamentals of Christian Education (Fundamentos de la Educación Cristiana). ¿Qué piensas respecto a la obediencia? ¿Describe principios que nos ayuden a entender por qué fue bueno que Cristo dejara a sus discípulos, y qué quiere Dios de Josué, de los israelitas y de nosotros hoy?
“La educación de los niños debe conducirse sobre un principio diferente del que gobierna el adiestramiento de los animales irracionales. La bestia sólo tiene que acostumbrarse a someterse a su amo; pero el niño debe ser enseñado a controlarse a sí mismo. La voluntad debe ser entrenada para obedecer los dictados de la razón y la conciencia.
Un niño puede ser tan disciplinado que llegue a no tener voluntad propia, como una bestia, perdiendo su individualidad en la de su maestro. Tal educación es insensata, y su efecto desastroso. Los niños así educados carecerán de firmeza y decisión. No se les enseña a actuar por principios; sus facultades racionales no se fortalecen mediante el ejercicio.
En la medida de lo posible, todo niño debe ser formado para la autosuficiencia. Al ejercitar las diversas facultades, aprenderá en qué es más fuerte y en qué es más débil. Un maestro sabio prestará especial atención al desarrollo de los rasgos más débiles, para que el niño forme un carácter equilibrado y armonioso.”
— Fundamentals of Christian Education, 57.2
“En algunas escuelas y familias, los niños parecen estar bien entrenados mientras permanecen bajo disciplina inmediata; pero cuando el sistema que los mantenía bajo reglas fijas se desintegra, parecen incapaces de pensar, actuar o decidir por sí mismos. Si se les hubiera enseñado a ejercer su propio juicio tan pronto y tanto como fuera posible, el mal se habría evitado.
Pero han estado tanto tiempo controlados por padres o maestros que dependen completamente de ellos.
Quien busca que la individualidad de sus alumnos se funda con la suya propia, de modo que la razón, el juicio y la conciencia estén sujetos a su control, asume una responsabilidad injustificada y temerosa.
Aquellos que educan a sus alumnos para que sientan que el poder está en ellos mismos, para llegar a ser hombres y mujeres de honor y utilidad, serán los más exitosos permanentemente. Su trabajo puede no parecer el mejor a los observadores superficiales, y su labor puede no ser tan valorada como la del instructor que ejerce control absoluto, pero la vida posterior de los alumnos mostrará los resultados del mejor método de educación.”
— Fundamentals of Christian Education, 57.3
¿Qué escuchas aquí?
¿No están siendo descritas las leyes del diseño de Dios?
- Ley del ejercicio
- Ley de la verdad
- Ley del amor
- Ley de la libertad
- Ley de la siembra y la cosecha
Estas son las leyes de diseño de Dios que el autor propone usar para enseñar a otros, y las contrasta con el enfoque insensato de las reglas externas y la imposición para lograr cumplimiento conductual.
Ese es el enfoque de la ley impuesta.
Y esta es exactamente la diferencia entre lo que Come and Reason Ministries enseña y promueve —la verdad del reino de amor de Dios, basado en leyes de diseño— frente a los imperialistas, aquellos que buscan usar la autoridad de su cargo, de decretos, de reglas, de leyes, para controlar las mentes, corazones y conductas de otros.
¿Qué clase de obediencia crees que Dios desea?
¿Qué clase de obediencia crees que Dios quería de Josué y de los israelitas?
DOMINGO
El título de la lección del día es “Un nuevo Moisés”, en referencia a Josué.
Tanto Josué como Moisés fueron tipos de Jesús.
¿Cómo fueron tipos de Jesús?
- En el contexto del santuario, Moisés representaba a Jesús en su forma preencarnada, cuando Moisés estuvo en el monte y recibió las instrucciones para el santuario.
Esto representa a Jesús planeando con Dios en el cielo, antes de que la humanidad pecara, el plan de salvación.
Luego Moisés desciende del monte y construye el santuario.
Jesús dejó el cielo y vino a la Tierra para edificar Su santuario.
“Así dice el Señor Todopoderoso: ‘Aquí está el hombre cuyo nombre es el Retoño, el cual brotará de su lugar y edificará el templo del Señor. Él edificará el templo del Señor, y será investido de majestad, y se sentará y reinará en su trono. Y habrá sacerdote en su trono, y habrá consejo de paz entre ambos.’”
— Zacarías 6:12-13 (NVI84)
Si el templo donde Jesús ministra está en el cielo, ¿por qué dijo Dios que Jesús dejaría el cielo para venir a la Tierra a edificar su templo?
“Acérquense al Señor, la piedra viva, rechazada por la gente como inútil, pero escogida y valiosa para Dios. Acérquense como piedras vivas, y sean edificados como templo espiritual, donde servirán como sacerdotes santos, ofreciendo sacrificios espirituales y agradables a Dios por medio de Jesucristo.”
— 1 Pedro 2:4-5 (DHH)
Jesús dejó el cielo para edificar su templo, y Él es la piedra angular; está edificado sobre los apóstoles, y cada uno de nosotros somos piedras vivas, unidas para formar un templo para el Señor.
También creemos que Jesús volvió al cielo para limpiar su templo antes de regresar.
¿Crees que esta obra de limpieza tiene algo que ver con limpiar a las personas del pecado?
En otras palabras, la purificación del templo y la purificación de la novia, descritas en la Biblia, son el mismo evento.
Si no has leído nuestra revista The Wedding of Christ to His Bride (“La boda de Cristo con su novia”), te animo a hacerlo, o a ver la reciente entrevista en video que hice sobre el Santuario.
En el contexto del santuario:
- Moisés representa a Jesús en la fase de planificación en el cielo junto al Padre.
- Aarón representa a Jesús en su función de Sumo Sacerdote.
- El cordero representa a Jesús durante su ministerio terrenal.
Moisés también es un tipo de Jesús en otros sentidos:
- Moisés entró en el dominio del Faraón, lo enfrentó, venció su poder y liberó a los cautivos, llevándolos a la libertad.
Jesús vino al dominio de Satanás, este mundo pecaminoso, venció su poder y libertó a los cautivos del pecado. - Moisés entraba a la presencia de Dios y hablaba con Él cara a cara.
Jesús también entra en la presencia del Padre y habla con Él cara a cara. - Moisés estuvo dispuesto a dar su vida por el pueblo.
Jesús dio su vida para salvar a la humanidad del pecado. - Moisés fue celoso por la reputación de Dios.
Jesús fue celoso por la reputación del Padre y reveló perfectamente Su carácter.
Josué también es un tipo de Jesús:
- Josué es el mismo nombre que tuvo Jesús como ser humano —Yehoshúa— que significa “Yahweh es salvación”.
Jesús es literalmente nuestra salvación. - Josué fue siervo de Moisés antes de convertirse en líder.
Jesús se hizo siervo, cumpliendo la voluntad del Padre en el plan de salvación antes de ser nuestro Salvador.
En otras palabras, fue al servir al Padre y cumplir Su misión que Jesús llegó a ser nuestro Salvador.
Como oró Jesús: “No se haga mi voluntad, sino la tuya.”
Muchos no comprenden plenamente que Jesús estaba cumpliendo la voluntad del Padre, sirviéndolo, mientras completaba el plan de salvación y moría como nuestro sustituto. - Josué fue comandante y líder del pueblo.
Jesús es nuestro Comandante y Líder. - Josué condujo al pueblo a la tierra prometida.
Jesús conduce a los salvos a la tierra prometida celestial.
“Aunque muerto, Moisés sigue dominando el primer capítulo. Su nombre se menciona diez veces, el de Josué solo cuatro. Moisés es llamado ‘siervo del Señor’, mientras que Josué es llamado ‘asistente de Moisés’ (Josué 1:1, NKJV). Le tomará toda una vida de servicio fiel y obediencia a Josué obtener el título de ‘siervo del Señor’ (Josué 24:29, NKJV).”
— Guía de Escuela Sabática para Adultos, 4º Trimestre 2025, Lecciones de Fe de Josué, p. 7.
No hay duda de que la Biblia llama a Moisés siervo del Señor, y Jesús, en la parábola de los talentos, elogia a los fieles con las palabras:
“Bien, buen siervo y fiel.” (Mateo 25:21, 23)
Y en Apocalipsis 7, el ángel que viene del cielo dice a los otros ángeles que detengan los cuatro vientos de la tierra hasta que los siervos de Dios sean sellados en sus frentes.
¿Qué piensas acerca de este término: “siervo de Dios”?
¿Recuerdas el libro de Graham Maxwell Servants or Friends? (“¿Siervos o Amigos?”), basado en Juan 15:15, donde Jesús dice a sus discípulos:
“Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; los he llamado amigos, porque todo lo que oí de mi Padre se los he dado a conocer.”
— Juan 15:15 (NVI84)
¿Hay diferencia entre ser siervo de Dios y ser Su amigo? ¿Cuál es?
El siervo —en el sentido que usa Jesús— es aquel que no comprende los propósitos de su amo, pero hace lo que se le ordena simplemente para evitar problemas.
Obedece sin entender, y sin interés por comprender; solo busca obedecer las reglas para no meterse en líos.
Es el tipo de obediencia de un perro bien entrenado, o de una persona centrada en sí misma, enfocada en su desempeño, sus recompensas o en evitar castigos.
Es la mentalidad legalista de la obediencia por cumplimiento de normas, por miedo a hacer algo mal y buscando siempre las reglas o la autoridad que le diga qué está bien.
Es la mentalidad de ley impuesta.
Por el contrario, el amigo es quien entra en cooperación comprensiva con su Maestro.
También obedece, pero lo hace por acuerdo, lealtad, devoción, amor y confianza.
El amigo busca comprender tanto como sea posible lo que su Maestro quiere y por qué lo quiere; incluso ofrece sugerencias y participa con entusiasmo, aportando su creatividad y talento a la tarea.
Esta es la ley de diseño: entender cómo y por qué funcionan las cosas y cooperar inteligentemente porque estamos de acuerdo con los métodos del Maestro.
Lo que me impactó recientemente es que la forma típica en que pensamos en un siervo —alguien que hace lo que se le dice para evitar castigos o ganar recompensas— es la forma del mundo caído, el modo de los reinos de este mundo basados en leyes impuestas, poder y control.
Y no representa a los verdaderos siervos de Dios, quienes, como Moisés, son llamados tanto siervos como amigos de Dios.
Y tuve este pensamiento: ¿estás de acuerdo?
Una persona no puede ser un verdadero siervo fiel de Dios —no puede cumplir Su misión ni Su llamado— a menos que sea realmente Su amigo.
En otras palabras, todos los siervos confiables de Dios lo son porque primero se han convertido en Sus amigos.
Estas personas conocen realmente a Dios (Juan 17:3) y, por lo tanto, conocen Su carácter, Sus principios y Sus leyes de diseño; han sido ganadas a la amistad leal con Él, y así pueden decir de Dios lo que es correcto (Job 42:7).
Esto solo es posible cuando han rechazado las mentiras de la ley impuesta y han abrazado la verdad de las leyes de diseño de Dios, dejando de adorar a una criatura para volver a adorar al Creador.
Esto nos devuelve a Apocalipsis 7, donde Dios retiene los vientos de conflicto hasta que Sus siervos son sellados en la frente.
En la Escritura, los verdaderos siervos de Dios también son llamados profetas:
“Ciertamente el Señor Soberano no hace nada sin revelar su plan a sus siervos los profetas.”
— Amós 3:7 (NVI84)
(Ver también 1 Reyes 14:18; 2 Reyes 9:7; 17:23; 21:10; Esdras 9:11; Jeremías 7:25; 25:4; 26:5; 29:19; 35:15; Ezequiel 38:17; Daniel 9:10; Zacarías 1:6.)
Los profetas confiables de Dios no se limitan a quienes predicen el futuro, como Daniel o Juan.
Son los portavoces de Dios, sus amigos, quienes Lo conocen personalmente y pueden hablar de Él con verdad.
Son los que van al pueblo con un mensaje que solo un amigo puede comunicar correctamente.
En este tiempo de la historia, Dios espera que Su pueblo rechace las mentiras de la ley impuesta, regrese a adorarlo como Creador, y así sea sellado en mente y corazón como Sus amigos confiables, para servirle dando el testimonio de Jesús —el mismo testimonio que Jesús dio: que Él y el Padre son uno, que ver a Jesús es ver al Padre, y que las leyes de Dios son leyes de diseño.
Dios no es la fuente del tormento ni de la muerte, sino la fuente de la vida, nuestro Creador, Salvador y Libertador del pecado.
Moisés fue amigo de Dios, pero también Su siervo, porque solo un verdadero amigo puede prestar el servicio que Dios desea, y ese servicio es decir la verdad sobre Él.
El verdadero servicio consiste en llevar el mensaje del carácter de amor de Dios al pueblo.
Esa es la obra que Dios llama a realizar a un grupo especial de Sus siervos en los tiempos finales, justo antes de Su segunda venida.
LUNES
La lección sugiere que el libro de Josué se divide en cuatro secciones:
- Cruzar
- Tomar
- Dividir
- Servir
Las tres primeras representan la iniciativa y las instrucciones de Dios: cruzar el río, tomar la tierra, dividirla entre las tribus. Luego viene la respuesta del pueblo: servir a Dios en obediencia.
“Así, la estructura misma del libro transmite su mensaje principal: las iniciativas de Dios no se logran automáticamente. En cambio, requieren la respuesta fiel de Su pueblo.
Es decir, con todo lo que Dios ha hecho por nosotros —incluyendo lo que no podemos hacer por nosotros mismos—, se nos llama a hacer lo que sí podemos hacer: obedecer lo que Dios nos manda.
Así ha sido siempre a lo largo de toda la historia sagrada, y sigue siendo así hoy. Por ejemplo, la descripción del pueblo de Dios del tiempo del fin en Apocalipsis 14:12 transmite la misma idea: fe en lo que Dios ha hecho por nosotros, lo cual conduce a la obediencia.”
— Guía de Escuela Sabática para Adultos, 4º Trimestre 2025, Lecciones de Fe de Josué, p. 8.
De lo que ya hemos discutido, ¿qué tipo de obediencia quiere Dios?
¿Toda persona que decide “obedecer a Dios” —que si le preguntas por qué hace algo responde “porque estoy obedeciendo a Dios”—, está realmente obedeciendo a Dios?
¿Puede alguien pensar que está obedeciendo a Dios cuando no lo está?
¿No sería la primera pregunta: a qué dios está obedeciendo?
¿No está llena la historia de ejemplos de personas que han cometido atrocidades en nombre de su dios?
¿Podrían personas creer que adoran a Yahvé y aun así ser enemigos de Dios? ¿Qué hay de los judíos que crucificaron a Cristo?
¿Y podrían personas creer que adoran a Jesús, llamarse cristianos y sin embargo ser Sus enemigos? ¿Qué hay de los que, durante la Edad Media, se llamaban cristianos y quemaban “herejes” en la hoguera?
Entonces, ¿cuál es la clave para realmente obedecer a Dios?
Debemos conocer verdaderamente a Dios y a Jesucristo, a quien Él envió (Juan 17:3).
Debemos convertirnos en Sus amigos para poder servirle correctamente y obedecer de verdad.
Dios desea que Su pueblo madure, que crezca, que se convierta en Sus amigos comprensivos y razonadores; y esto requiere que pensemos, razonemos y entendamos Sus leyes de diseño, cómo funciona la realidad, por qué algo es bueno y otra cosa es mala.
Como dice Hebreos:
“El alimento sólido es para los maduros, para los que por la práctica tienen los sentidos ejercitados en discernir el bien y el mal.”
— Hebreos 5:14 (NVI84)
Dios, en Cristo, proveyó el camino y los medios por los cuales cualquier ser humano puede ser salvo del pecado.
Pero, ¿puede Dios salvar a un pecador del pecado, por medio de todo lo que Jesús ha hecho y hace, sin la participación del pecador?
¿Por qué sí o por qué no?
¿Tiene Dios el poder de entrar en el corazón y la mente de cualquier ser y hacer cambios?
Entonces, ¿por qué no lo hace?
- Primero, si lo hiciera, no sería el Dios de amor, verdad y libertad, sino un dios de mentira, coerción y egoísmo.
- Tal acción violaría el amor y la libertad.
- Tal acción sería evidencia de que las acusaciones de Satanás contra Dios son correctas.
- Además, la realidad misma funciona así: si Dios hiciera eso, destruiría al mismo individuo que desea salvar.
Cambiar el corazón y la mente de una persona en contra de su voluntad la convertiría en un robot, un autómata sin pensamiento propio, o borraría su individualidad reemplazándola por otra.
La única forma en que Dios puede salvar a cada persona es por medio de las decisiones libres de esa persona, al participar voluntariamente en la salvación gratuita que Jesús ha provisto.
Para ser salvos, debemos elegir nosotros mismos qué creemos, en quién confiamos, qué valoramos, a quién seguimos.
Tenemos que decidir qué leemos, qué vemos, qué guardamos en el corazón.
¿Nos negamos a leer la Biblia?
¿Negamos que Dios creó la vida y al ser humano a Su imagen?
¿Elegimos creer en la evolución sin Dios?
¿Creemos que el poder y la fuerza hacen lo correcto?
¿Creemos que la justicia se logra por el poder y la violencia, o creemos que “no con ejército ni con fuerza, sino con mi Espíritu, dice el Señor”?
— Zacarías 4:6.
¿Creemos que el Padre es como Jesús —que estaba en el Hijo reconciliando al mundo consigo mismo—, que Dios está a favor nuestro y nadie puede estar contra nosotros?
¿O creemos que el Padre está contra nosotros, que Su justicia exige nuestra muerte, y que necesitamos que Jesús interceda ante Él, que lo “pague” con sangre humana para impedir que nos torture o nos mate?
¿Confiamos en el Padre, o confiamos en mecanismos y tecnicismos legales inventados por nosotros para aplacar a Dios y cancelar una deuda legal?
¿Creemos que nuestra salvación depende de un fallo judicial en el cielo, donde un juez decide basándose en leyes inventadas y en registros legales?
¿Creemos que hay libros en el cielo con los pecados de cada persona, y que en el juicio Dios los abre para ver si hay un sello legal de aceptación por la fe en Jesús, y si todos los pecados han sido confesados y cubiertos legalmente?
¿Y que entonces Dios se da vuelta, mira el registro de Jesús y declara: “aunque esta persona es pecadora e injusta, la declaro justa porque aceptó a Jesús como su sustituto legal, y porque Él pagó su pena”?
¿Creemos que Dios finge que somos justos aunque no lo seamos realmente?
¿Te parece correcto eso?
Eso es lo que enseña la teología del castigo penal sustitutivo, y es un fraude.
Distorisiona el carácter de Dios, lo presenta como la fuente de la muerte, lo muestra como deshonesto, impide la verdadera sanidad y transformación, mantiene a las personas con miedo, y todo se basa en la mentira de que la ley de Dios funciona como la ley humana.
La verdad es que los juicios de Dios siempre son juicios de realidad, basados en lo que realmente es verdadero.
Dios nunca miente, nunca finge, nunca crea ficciones legales.
Cuando Dios ve la perfecta justicia de Cristo en los salvos, es porque esa justicia está realmente viva en ellos.
“Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí.” — Gálatas 2:20
“Debemos ser participantes de la naturaleza divina.” — 2 Pedro 1:4
“Pondré mi ley en sus corazones y en sus mentes.” — Hebreos 8:10
“Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino de poder, amor y dominio propio.” — 2 Timoteo 1:7
“Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas.” — 2 Corintios 5:17.
Esa es la realidad: somos transformados realmente, recibimos una vida nueva, la vida sin pecado de Cristo, el poder del amor y la confianza que nos renueva desde dentro.
A medida que elegimos alinearnos con Él cada día, somos sanados y transformados.
Por eso Crist’s Object Lessons (Lecciones de la Vida de Cristo) dice lo siguiente sobre por qué el Padre ve la perfecta justicia de Su Hijo cuando nos examina, usando la metáfora del manto de justicia de Cristo:
“Este manto, tejido en el telar del cielo, no tiene ni un hilo de invención humana.
Cristo, en su humanidad, elaboró un carácter perfecto, y este carácter lo ofrece para impartírnoslo.
‘Todas nuestras justicias son como trapo de inmundicia’ (Isaías 64:6).
Todo lo que podemos hacer por nosotros mismos está contaminado por el pecado…
Pero el Hijo de Dios fue manifestado para quitar nuestros pecados…
Por su perfecta obediencia ha hecho posible que cada ser humano obedezca los mandamientos de Dios.
Cuando nos sometemos a Cristo, el corazón se une con Su corazón, la voluntad se fusiona con Su voluntad, la mente se hace una con Su mente, los pensamientos se sujetan a Él; vivimos Su vida.
Esto es lo que significa estar vestidos con el manto de Su justicia.
Entonces, al mirarnos el Señor, no ve el manto de hojas de higuera, ni la desnudez ni la deformidad del pecado, sino Su propio manto de justicia, que es obediencia perfecta a la ley de Jehová.”
— Christ’s Object Lessons, p. 311.
¿Por qué, cuando el Padre nos examina, ve la perfecta justicia de Su Hijo?
Porque, como enseña la Biblia, ya no vivimos nosotros, sino que Cristo vive en nosotros.
“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros seamos justicia de Dios en Él.”
— 2 Corintios 5:21 (NVI84)
Esa es la realidad: nos convertimos en justos mediante la fe, mediante la confianza.
Recibimos una nueva vida.
Como comenta El Deseado de Todas las Gentes respecto al encuentro de Jesús con Nicodemo:
“Nicodemo había venido al Señor pensando entablar una discusión con Él, pero Jesús descubrió los principios fundamentales de la verdad.
Le dijo: No es conocimiento teórico lo que necesitas, sino regeneración espiritual.
No necesitas satisfacer tu curiosidad, sino tener un corazón nuevo.
Debes recibir una nueva vida de lo alto antes de poder comprender las cosas celestiales.”
— El Deseado de Todas las Gentes, p. 171.
Esto es lo que describe Apocalipsis como la realidad de los salvos cuando Jesús regrese:
“Ellos lo vencieron por la sangre del Cordero [la vida sin pecado de Jesús, porque ‘la vida está en la sangre’ (Levítico 17:11)], y por la palabra de su testimonio; y no amaron sus vidas hasta la muerte.”
— Apocalipsis 12:11
Estos son los justos, los que son como Jesús, porque Su vida misma se ha reproducido en ellos.
Por eso Dios los ve como justos: porque realmente lo son.
Y solo al recibir la vida de Cristo mediante la confianza podemos obedecer a Dios, cumpliendo lo que se describe en Apocalipsis 14:12:
“Aquí está la perseverancia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.”
— Apocalipsis 14:12 (NVI84)
Solo podemos ser fieles a Jesús si hemos nacido de nuevo por Su Espíritu.
Solo podemos ser fieles a Jesús si decimos la verdad acerca de Él y del Padre.
Lamentablemente, muchos creen que ser fieles a Jesús en el tiempo del fin significa guardar correctamente el sábado.
Pero los judíos que crucificaron a Cristo también querían bajarlo de la cruz para guardar el “sábado correcto”.
No fueron fieles a Jesús.
¿Por qué? Porque creían en la ley impuesta, y rechazaron lo que Jesús enseñó: que las leyes de Dios son leyes de diseño, y que Sus mandamientos son expresiones de amor a Dios y al prójimo, algo que no puede lograrse mediante leyes ni su imposición.
Satanás es el legalista.
Él es el originador de la mentira de que Dios impone reglas y usa Su poder para castigar a los que las rompen.
Satanás gobierna mediante edictos, proclamaciones, decretos y autoridad de cargo, todo para dominar y explotar a otros para su propio beneficio.
Es “ley porque el que manda así lo dice”.
La Biblia describe así su caída:
“¡Cómo caíste del cielo, lucero de la mañana, hijo de la aurora!
Has sido derribado a tierra, tú que debilitabas a las naciones.
Tú que decías en tu corazón: ‘Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono… Me haré semejante al Altísimo.’”
— Isaías 14:12-14 (NVI84)
Su método es el de afirmaciones de autoridad, proclamaciones arbitrarias, posición de poder, distinción artificial.
Esa es la ley impuesta, el sistema del reino de Satanás y de los reinos de este mundo.
Por eso Jesús dijo: “Mi reino no es de este mundo.”
Todos los gobiernos humanos operan con ese principio: unos pocos gobiernan sobre otros, usando leyes, decretos y autoridad para dominar y aprovecharse de las masas.
Pero observa la diferencia en Jesús:
“Haya, pues, en ustedes la misma actitud que hubo en Cristo Jesús:
Quien, siendo en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse;
sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres.
Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”
— Filipenses 2:5–8 (NVI84)
Jesús no reclamó un puesto, no usó reglas para afirmarse:
Él es en naturaleza Dios —esa es la ley del diseño, la realidad misma—, pero se despojó voluntariamente, se hizo verdaderamente humano, y purificó la humanidad en realidad, no por decreto.
No declaró que la humanidad fuera justa: la hizo realmente justa en Él.
Y podemos participar de esa realidad.
Satanás lucha ferozmente para impedir esta verdad mediante su mentira de que la ley de Dios funciona como la humana, y que Dios solo nos declara legalmente justos, aunque sigamos siendo injustos.
Todo el sistema de la expiación penal sustitutiva es una mentira satánica, basada en esa idea falsa, y entorpece el plan de salvación y la obra de purificación que Jesús realiza hoy en el cielo.
También conduce a otros errores.
Porque, como los sistemas humanos funcionan con jerarquías, muchos en la iglesia creen que así también debe funcionar el reino de Dios.
Entonces, la iglesia se convierte en una estructura piramidal: líderes, pastores, administradores, que imponen reglas y deciden la ortodoxia, mientras los miembros deben someterse o ser disciplinados o expulsados.
Pero esto no es bíblico.
En la salvación, nadie está por encima de otro.
Todos somos pecadores salvados por gracia.
Cada persona debe ser convencida en su propia mente (Romanos 14:5).
Por eso, en Come and Reason Ministries, no me coloco por encima de nadie; todos son invitados a pensar y razonar por sí mismos, a hacer preguntas, a estudiar.
De hecho, crezco más cuando mis ideas son desafiadas.
Tal vez no esté de acuerdo contigo, pero lo aprecio igualmente.
Nuestros pastores y líderes merecen respeto y valoramos su liderazgo organizativo, pero no son infalibles ni la fuente de la verdad.
Cometeríamos un grave error al entregarles nuestro pensamiento.
MARTES
El título de la lección es “Herederos de las promesas” —¿qué promesas y con qué propósito?
“Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús, porque todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo. Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús.
Y si ustedes pertenecen a Cristo, entonces son descendencia de Abraham, herederos según la promesa.”
— Gálatas 3:26–29 (NVI84)
¿Son estos herederos los herederos de la misma promesa que leemos en la lección?
¿Cuál es la promesa de la cual somos herederos?
¿Fue la promesa de Génesis 3:15, o la promesa hecha a Abraham sobre la tierra?
¿Qué tierra, y quién la hereda?
¿Indican algo las palabras de Jesús acerca de la tierra y de quiénes la heredarán?
“Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.”
— Mateo 5:5 (NVI84)
¿Es esta una promesa diferente o la misma promesa a la que Pablo se refiere para quienes están en Cristo?
¿Y qué hay de Abraham? ¿Era esta también la promesa final?
Hubo dos promesas hechas a Abraham, con dos tierras, dos leyes, dos acuerdos, dos puntos de partida y dos puntos finales, que corresponden a los dos pactos.
| Gracia | Ley | |
|---|---|---|
| Duración y alcance | Eterno / Universal | Temporal / Provisional / Regional |
| Tipo de ley | Ley de diseño | Ley impuesta |
| Ubicación de la ley | Escrita en el corazón | Escrita en piedra¹ |
| Territorio | Todo el mundo | Palestina |
| Pueblo | Toda la humanidad | Los judíos |
| Inicio | Con la caída de Adán | Con el llamado de Abraham |
| Propósito | Eliminar el pecado del universo | Proteger la Palabra escrita / el canal del Verbo viviente |
| Aplicación | A todo el universo | A la nación judía en los tiempos bíblicos |
| Duración final | Nunca termina; se completa al final de los 1.000 años | Terminó en la crucifixión y resurrección de Jesús |
¹Esto no significa que los Diez Mandamientos hayan sido abolidos o ya no sean vinculantes, sino que, en el nuevo pacto, la totalidad de la ley del amor (amor a Dios y al prójimo), codificada en los Diez Mandamientos, ya no está escrita externamente en piedra, sino internamente en el corazón (Hebreos 8:10).
¿Qué hace a alguien heredero de la promesa?
La fe o confianza en Jesús.
Así, los hebreos estaban entrando en la tierra prometida regional, cumpliendo el pacto local de ser el canal del Mesías, los testigos de Dios ante el mundo, y los guardianes de la Palabra escrita.
MIÉRCOLES
“Hoy, en el cumplimiento de la misión confiada por Cristo, los cristianos enfrentan desafíos similares a los de Josué: deben librar guerra contra sus propias tendencias pecaminosas, contra los principados, potestades y gobernadores de las tinieblas de este siglo, y contra las huestes espirituales de maldad.
Como Josué, también tienen la promesa segura de la presencia de Cristo: ‘Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.’ (Mateo 28:20, NKJV).
Así como la presencia del Señor bastó para disipar los temores de Josué, también debería bastar para disipar nuestras dudas y ansiedades hoy.”
— Guía de Escuela Sabática para Adultos, 4º Trimestre 2025, Lecciones de Fe de Josué, p. 10.
¿Qué clase de guerra estamos librando?
¿Cuáles son las armas que debemos usar?
¿Qué es el mal, y cómo debemos combatirlo?
¿Puede Dios eliminar el mal de Su universo por medio de la fuerza o el poder?
¿Por qué crees que tantas personas en la iglesia enseñan que sí puede?
¿Dónde opera el pecado y el mal?
¿Cómo puede Dios eliminar el pecado y el mal del corazón y la mente?
JUEVES
La lección nos pide leer Romanos 3:31:
“¿Anulamos, pues, la ley por medio de la fe? ¡De ninguna manera! Más bien, confirmamos la ley.”
— Romanos 3:31 (NVI84)
Y luego leer el quinto párrafo:
“Oponer la fe en la muerte expiatoria y sacrificial de Jesús en nuestro favor contra la obediencia a la ley de Dios es establecer una falsa y peligrosa dicotomía.
La ley y la gracia siempre van juntas.
Solo una comprensión superficial del papel de la ley puede llevar a percibir ‘ley’ y ‘gracia’ como opuestos.”
— Guía de Escuela Sabática para Adultos, 4º Trimestre 2025, Lecciones de Fe de Josué, p. 11.
¿Hace alguna diferencia cómo entendemos la ley?
Si entendemos la ley de Dios como impuesta, ¿qué creemos que Pablo quiso decir y cómo leemos ese párrafo?
¿Y si la entendemos como ley de diseño, cómo la explicamos?
ANUNCIOS
Próximas presentaciones del Dr. Jennings:
- 24–27 de septiembre de 2025, Nashville, Tennessee:
Dr. Jennings hablará en la conferencia American Association of Christian Counselors World Conference en el hotel Gaylord Opryland.
El 24 de septiembre presentará una charla sobre Tratamientos sin fármacos para la depresión, y el 26 de septiembre una sobre Prevención de la demencia.
Más información en: https://worldconference.net/ - 10–11 de octubre de 2025, Bydgoszcz, Polonia:
Dr. Jennings será el orador principal del Impact Congress, organizado por la Conferencia del Oeste de Polonia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Contacto:
Patrycja Niewolik-Stüpp
Directora de Misiones, Salud y Ministerio de la Mujer
División Trans-Europea
📧 patrycja.stupp@adwent.pl - 16–18 de octubre de 2025, Newbold College, Inglaterra:
Dr. Jennings será el orador principal de la semana de énfasis espiritual del colegio.
Contacto:
Danilo Puskas
Director de Vida Estudiantil y Capellanía
📧 dpuskas@newbold.ac.uk