JESÚS COMISIONA A LOS APÓSTOLES.
[Mt. 28:16–20; Mc. 16:15–18]
Los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. Y cuando lo vieron, lo adoraron; pero algunos dudaban.
Jesús se acercó y les habló diciendo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que les he mandado; y he aquí yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.”
También les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado será salvo; mas el que no crea será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: en mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes; y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.”
INSTRUCCIONES FINALES.
[Lc. 24:45–49]
Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras; y les dijo: “Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciera, y resucitara de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y ustedes son testigos de estas cosas. He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre ustedes; pero quédense en la ciudad de Jerusalén, hasta que sean investidos de poder desde lo alto.”
JESÚS ASCIENDE.
[Mc. 16:19; Lc. 24:50, 51; Hch. 1:6–11]
Los llevó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo.
Entonces los que se habían reunido le preguntaron: “Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?”
Y les dijo: “No les toca a ustedes saber los tiempos o las sazones que el Padre puso en su sola potestad; pero recibirán poder cuando haya venido sobre ustedes el Espíritu Santo, y me serán testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”
Y habiendo dicho estas cosas, viéndolos ellos, fue alzado; y una nube lo recibió ocultándolo de sus ojos.
Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron:
“Varones galileos, ¿por qué están mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de ustedes al cielo, así vendrá como lo han visto ir al cielo.”
LOS DISCÍPULOS REGRESAN GOZOSOS.
[Lc. 24:52, 53; Hch. 1:12–14]
Ellos, después de haberlo adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo; y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios.
Cuando llegaron, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro, Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo. Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.
ELECCIÓN DEL SUSTITUTO DE JUDAS.
[Hch. 1:15–22]
En aquellos días, Pedro se levantó en medio de los hermanos (y los reunidos eran como ciento veinte en número), y dijo: “Hermanos, era necesario que se cumpliera la Escritura en que el Espíritu Santo habló antes por boca de David acerca de Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús, y era contado con nosotros, y tenía parte en este ministerio.
—(Este, pues, con el salario de su iniquidad adquirió un campo; y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron. Y fue notorio a todos los habitantes de Jerusalén, de tal manera que aquel campo se llama en su propia lengua Acéldama, que quiere decir: Campo de sangre.)—
“Porque está escrito en el libro de los Salmos: ‘Sea hecha desierta su habitación, y no haya quien more en ella’; y: ‘Tome otro su oficio.’
Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros, comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros de su resurrección.”
MATÍAS ES ESCOGIDO APÓSTOL.
[Hch. 1:23–26]
Y señalaron a dos: a José, llamado Barsabás, que tenía por sobrenombre Justo, y a Matías.
Y orando, dijeron: “Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál de estos dos has escogido, para que tome la parte de este ministerio y apostolado, de que cayó Judas por transgresión, para irse a su propio lugar.”
Y les echaron suertes, y la suerte cayó sobre Matías; y fue contado con los once apóstoles.
JESÚS ES PREDICADO.
[Mc. 16:20]
Ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían.