El Cenáculo o Aposento Alto

IMPORTANCIA DE LA OCASIÓN.

[Lc. 22:14–16]

Cuando llegó la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles. Y les dijo: “¡Cuánto he deseado comer con ustedes esta Pascua antes que padezca! Porque les digo que no la volveré a comer, hasta que se cumpla en el reino de Dios.”


INSTITUCIÓN DE LA CENA DEL SEÑOR.

[Mt. 26:26–29; Mc. 14:22–25; Lc. 22:17–20]

Y tomando la copa, dio gracias y dijo: “Tomen esto y repártanlo entre ustedes; porque les digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios.”

Y tomando el pan, dio gracias, lo partió y les dio, diciendo: “Esto es mi cuerpo, que por ustedes es entregado; hagan esto en memoria de mí.”

De igual manera, después de haber cenado, tomó la copa, diciendo: “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por ustedes se derrama.”


JESÚS ANUNCIA AL TRAIDOR.

[Lc. 22:21–23]

“Mas he aquí, la mano del que me entrega está conmigo en la mesa.” Entonces ellos comenzaron a discutir entre sí, quién de ellos sería el que había de hacer esto.


DISCUSIÓN ENTRE LOS APÓSTOLES.

[Lc. 22:24–30]

Hubo también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor. Pero él les dijo: “Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas; y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores. Mas no será así entre ustedes; sino sea el mayor entre ustedes como el más joven, y el que dirige como el que sirve. Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Pero yo estoy entre ustedes como el que sirve.

“Pero ustedes son los que han permanecido conmigo en mis pruebas. Yo, pues, les asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí, para que coman y beban a mi mesa en mi reino, y se sienten en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.”


JESÚS LAVA LOS PIES A LOS APÓSTOLES.

[Jn. 13:1–5]

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasara de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.

Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que lo entregara, sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios y a Dios iba, se levantó de la cena, se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.


PEDRO SE RESISTE.

[Jn. 13:6–11]

Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: “Señor, ¿tú me lavas los pies?”

Respondió Jesús y le dijo: “Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después.”

Pedro le dijo: “¡No me lavarás los pies jamás!”

Jesús le respondió: “Si no te lavo, no tendrás parte conmigo.”

Le dijo Simón Pedro: “Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza.”

Jesús le dijo: “El que está lavado no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y ustedes limpios están, aunque no todos.” Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: “No todos están limpios.”


JESÚS EXPLICA EL LAVADO.

[Jn. 13:12–17]

Así que, después que les lavó los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: “¿Saben lo que les he hecho? Ustedes me llaman Maestro, y Señor; y dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado sus pies, ustedes también deben lavarse los pies los unos a los otros. Porque ejemplo les he dado, para que como yo les he hecho, ustedes también hagan. De cierto, de cierto les digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que lo envió. Si saben estas cosas, bienaventurados serán si las hacen.”


JESÚS PREDICE LA TRAICIÓN.

[Mt. 26:20, 21; Mc. 14:17, 18; Jn. 13:18–21]

“No hablo de todos ustedes; yo sé a quiénes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: ‘El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar.’

“Desde ahora se los digo antes que suceda, para que cuando suceda, crean que yo soy. De cierto, de cierto les digo: El que recibe al que yo envíe, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.”

Habiendo dicho Jesús esto, se conmovió en espíritu, y declaró: “De cierto, de cierto les digo, que uno de ustedes me va a entregar.”


EL TRAIDOR IDENTIFICADO.

[Mt. 26:22–25; Mc. 14:19–21; Lc. 22:22; Jn. 13:22–27a]

Entonces los discípulos miraban unos a otros, dudando de quién hablaba. Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús. A éste, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntara quién era aquel de quien hablaba. Él entonces, recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: “Señor, ¿quién es?”

Respondió Jesús: “A quien yo dé el pan mojado, ése es.” Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón. Y tras el bocado, Satanás entró en él.

Entonces Judas, que lo iba a entregar, dijo: “¿Soy yo acaso, Rabí?”

Le dijo: “Tú lo has dicho.”


JESÚS ENVÍA A JUDAS.

[Jn. 13:27b–30]

Entonces Jesús le dijo: “Lo que vas a hacer, hazlo pronto.” Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo esto. Porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: “Compra lo que necesitamos para la fiesta”; o que diese algo a los pobres. Cuando él, pues, hubo tomado el bocado, luego salió; y era de noche.


JESÚS MANDA AMAR.

[Jn. 13:31–35]

Entonces, cuando salió, dijo Jesús: “Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, Dios también lo glorificará en sí mismo, y en seguida lo glorificará.

“Hijitos, aún estaré con ustedes un poco. Me buscarán; pero como dije a los judíos: A donde yo voy, ustedes no pueden ir; así se lo digo ahora. Un mandamiento nuevo les doy: Que se amen unos a otros; como yo los he amado, que también se amen unos a otros. En esto conocerán todos que son mis discípulos, si tienen amor los unos por los otros.”


PEDRO SE JACTA DE LEALTAD.

[Lc. 22:31–34; Jn. 13:36–38]

Le dijo Simón Pedro: “Señor, ¿a dónde vas?”

Jesús le respondió: “Adonde yo voy, no me puedes seguir ahora; mas me seguirás después.”

Pedro le dijo: “Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por ti.”

Y el Señor dijo: “Simón, Simón, he aquí Satanás los ha pedido para zarandearlos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.”

Él le dijo: “Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte.”

Y él le dijo: “Pedro, te digo que no cantará hoy el gallo antes que tres veces niegues que me conoces.”


JESÚS PREPARA MORADA.

[Jn. 14:1–4]

“No se turbe su corazón; creen en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo se lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para ustedes. Y si me fuere y les preparare lugar, vendré otra vez, y los tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, ustedes también estén. Y saben a dónde voy, y saben el camino.”


TOMÁS QUIERE SABER EL CAMINO.

[Jn. 14:5–7]

Le dijo Tomás: “Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?”

Jesús le dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieran, también a mi Padre conocerían; y desde ahora lo conocen, y lo han visto.”


FELIPE PIDE VER AL PADRE.

[Jn. 14:8–15]

Felipe le dijo: “Señor, muéstranos al Padre, y nos basta.”

Jesús le dijo: “¿Tanto tiempo hace que estoy con ustedes, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: ‘Muéstranos al Padre’? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo les hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. Créanme que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, créanme por las mismas obras.

“De cierto, de cierto les digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidan al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo piden en mi nombre, yo lo haré.

“Si me aman, guarden mis mandamientos.”


JESÚS PROMETE EL ESPÍRITU SANTO.

[Jn. 14:16–21]

“Y yo rogaré al Padre, y les dará otro Consolador, para que esté con ustedes para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no lo ve, ni lo conoce; pero ustedes lo conocen, porque mora con ustedes, y estará en ustedes.

“No los dejaré huérfanos; vendré a ustedes. Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero ustedes me verán; porque yo vivo, ustedes también vivirán. En aquel día ustedes conocerán que yo estoy en mi Padre, y ustedes en mí, y yo en ustedes.

“El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.”


JUDAS (NO ISCARIOTE) PREGUNTA.

[Jn. 14:22–24]

Le dijo Judas (no el Iscariote): “Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo?”

Respondió Jesús y le dijo: “El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que han oído no es mía, sino del Padre que me envió.”


JESÚS PREDICE SU REGRESO.

[Jn. 14:25–31a]

“Les he dicho estas cosas estando con ustedes. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que yo les he dicho.

“La paz les dejo, mi paz les doy; yo no se la doy como el mundo la da. No se turbe su corazón, ni tenga miedo.

“Han oído que yo les he dicho: Voy, y vengo a ustedes. Si me amaran, se habrían regocijado porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo. Y ahora se los he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, crean.

“No hablaré ya mucho con ustedes; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí. Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago.”


CUMPLIMIENTO DE LA PROFECÍA.

[Lc. 22:35–38]

Y a ellos les dijo: “Cuando los envié sin bolsa, sin alforja y sin calzado, ¿les faltó algo?”

Ellos dijeron: “Nada.”

Y les dijo: “Pues ahora, el que tiene bolsa, tómela, y también la alforja; y el que no tiene, venda su capa y compre espada. Porque les digo que es necesario que se cumpla todavía en mí aquello que está escrito: ‘Y con los inicuos fue contado’; porque lo que está escrito de mí, tiene cumplimiento.”

Entonces ellos dijeron: “Señor, aquí hay dos espadas.”

Y él les dijo: “Basta.”


AL MONTE DE LOS OLIVOS.

[Mt. 26:30; Mc. 14:26; Lc. 22:39; Jn. 14:31b]

“Levántense, vámonos de aquí.”

Y cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos.


ADVERTENCIA DE ABANDONO.

[Mt. 26:31, 32; Mc. 14:27, 28]

Entonces Jesús les dijo: “Todos ustedes se escandalizarán de mí esta noche; porque escrito está: “‘Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas.’ Pero después que haya resucitado, iré delante de ustedes a Galilea.”


PEDRO PRESUME DE LEALTAD.

[Mt. 26:33–35; Mc. 14:29–31]

Respondiendo Pedro, le dijo: “Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré.”

Jesús le dijo: “De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces.”

Pedro le dijo: “Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré.” Y todos los discípulos dijeron lo mismo.