REGRESO A NAZARET
[Mt. 2:19–23; Lc. 2:39, 40 Nazaret]
Después que Herodes murió, un ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a la tierra de Israel, porque ya han muerto los que buscaban la vida del niño».
Entonces él se levantó, tomó al niño y a su madre, y se fue a la tierra de Israel. Pero al oír que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Y, habiendo sido advertido en sueños, se retiró a la región de Galilea, y fue y habitó en una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliera lo dicho por medio de los profetas: “Será llamado nazareno”.
Y el niño crecía y se fortalecía; se llenaba de sabiduría, y la gracia de Dios estaba sobre él.
JESÚS VISITA JERUSALÉN
[Lc. 2:41–50 Jerusalén]
Cada año, los padres de Jesús iban a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta, conforme a la costumbre.
Al terminar aquellos días y emprender el regreso, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Pensando que estaba entre la comitiva, anduvieron camino de un día; luego comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Pero como no lo hallaron, regresaron a Jerusalén buscándole.
Y aconteció que, después de tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas.
Cuando sus padres lo vieron, se maravillaron. Y su madre le dijo: —Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo te hemos buscado con angustia.
Él les respondió: —¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que es necesario que yo esté en la casa de mi Padre?
Pero ellos no comprendieron lo que les decía.
CRECIMIENTO EN NAZARET
[Lc. 2:51, 52 Nazaret]
Entonces descendió con ellos, volvió a Nazaret, y les estaba sujeto. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón.
Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia para con Dios y los hombres.