Este libro es para dos lectores, dos públicos muy diferentes, con diferentes necesidades y razones para leer este libro.
En una audiencia están los misioneros, los trabajadores cristianos de tiempo completo, o los trabajadores potenciales. Ellos necesitan saber cómo dar un paso adelante, confiar y obedecer a Dios en lo que respecta a las finanzas.
En el otro lado del auditorio están las personas sentadas en los bancos, las personas que trabajan en empleos «seculares». Ellos también necesitan aprender no sólo a obedecer a Dios, sino también a confiar en Él para que haga milagros.
No se supone que se escriba un libro para dos públicos tan diferentes, pero Dios lo ha diseñado de tal manera que su obra no se puede hacer sin la colaboración de unos y otros.
Este libro contiene mucho para cada uno de estos actores clave en las misiones mundiales: el que sirve fielmente en la congregación local, orando y dando a la obra de Dios, y el que sale como misionero.
Como cada jugador es importante en el esquema de Dios, tengo una petición inusual para ti. ¿Leerás este libro en su totalidad? Si bien el capítulo 9 está dirigido principalmente a quienes trabajan en el mundo laboral, los mismos principios serán importantes para quienes trabajan a tiempo completo en el cristianismo o en misiones.
De la misma manera, quienes se encuentran en el mundo laboral encontrarán mucho en los capítulos 11 al 14 que los ayudará a convertirse en socios de quienes están en misiones. Notarán, a lo largo del libro, de que la mayoría de nuestros ejemplos provienen de treinta y un años de confiar en Dios para proveer para la obra misionera en más de doscientos países. Sin embargo, a medida que he compartido principios financieros basados en esas experiencias en conferencias con líderes empresariales, directores ejecutivos, y líderes gubernamentales en varias naciones, he aprendido que todos enfrentamos los mismos desafíos: dar el paso adelante, atrevernos a vivir al límite para Dios. Además, todos necesitamos aprender más unos de otros para que podamos tener asociaciones efectivas en el cumplimiento de la obra de Dios en la tierra.
Nunca es fácil caminar por la cuerda floja con Dios. Ya sea que se trate de tu primera oportunidad de escuchar y obedecer, o de la milésima, siempre es emocionante. Pero una vez que hayas experimentado la emoción de la obediencia radical, nunca volverás a ser el mismo. Estoy orando para que, mientras lees este libro, estés dispuesto a dar el primer paso, o el milésimo, para seguir a nuestro valiente Comandante.