Introducción

La vid produce fruto porque es una vid, nunca con el fin de
llegar a serlo. Los sarmientos de la vid se llenan de uvas porque están
unidos a ella, nunca para llegar a estar unidos. Jesús usó la analogía
de la viña para enseñarnos una trascendental lección espiritual. Cristo
fue el mejor maestro que el mundo haya conocido. La sencillez de su
enseñanza y los métodos que empleó, deben imitarse en la actualidad
Su doctrina la dirigió al común de la gente. Vino a anunciar las
buenas nuevas a los pobres. Se acercaba a la gente en el lugar donde
estaba, y hacía la verdad clara y sencilla para que todos pudiesen
comprenderla. Nadie necesitaba acudir al diccionario para encontrar
el significado de sus palabras. Su mensaje de verdad era profundo,
pero transmitido en un lenguaje sencillo. Ninguno de sus oyentes
tuvo que consultar a los eruditos, a fin de captar su enseñanza. Al
estudiar en el capítulo 15 del libro de Juan, la enseñanza de Cristo
acerca de la viña, nos hallamos ante la sencillez del mejor Maestro
que haya existido jamás.

En nuestros días, abundan los diálogos y discusiones sobre los
temas teológicos. Muchos se encuentran inquietos, desesperados y
confusos. Debemos caminar por la viña con Jesús, escuchar la
sencillez de sus enseñanzas, y vivificarnos espiritualmente.