Fundamentos bíblicos
«Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.» (RV’60 Jos 1:8)
«Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.» (RV’60 Sal 1:1-2)
«Temblad, y no pequéis; Meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad.» (RV’60 Sal 4:4)
«Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.» (RV’60 Sal 19:14)
«Cuando me acuerde de ti en mi lecho, Cuando medite en ti en las vigilias de la noche.» (RV’60 Sal 63:6)
«Me acordaba de mis cánticos de noche; Meditaba en mi corazón, Y mi espíritu inquiría:» (RV’60 Sal 77:6)
«Meditaré en todas tus obras, Y hablaré de tus hechos.» (RV’60 Sal 77:12)
«Dulce será mi meditación en él; Yo me regocijaré en Jehová.» (RV’60 Sal 104:34)
«En tus mandamientos meditaré; Consideraré tus caminos.» (RV’60 Sal 119:15)
«Príncipes también se sentaron y hablaron contra mí; Mas tu siervo meditaba en tus estatutos, Pues tus testimonios son mis delicias Y mis consejeros.» (RV’60 Sal 119:23-24)
«Hazme entender el camino de tus mandamientos, Para que medite en tus maravillas.» (RV’60 Sal 119:27)
«Sean avergonzados los soberbios, porque sin causa me han calumniado; Pero yo meditaré en tus mandamientos.» (RV’60 Sal 119:78)
«Más que todos mis enseñadores he entendido, Porque tus testimonios son mi meditación.» (RV’60 Sal 119:99)
«Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, Para meditar en tus mandatos.» (RV’60 Sal 119:148)
«Me acordé de los días antiguos; Meditaba en todas tus obras; Reflexionaba en las obras de tus manos.» (RV’60 Sal 143:5)
«En la hermosura de la gloria de tu magnificencia, Y en tus hechos maravillosos meditaré.» (RV’60 Sal 145:5)
«Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad.» (LBLA Flp 4:8)
Fundamentos en el Espíritu de Profecía
“Aunque hemos de trabajar fervorosamente para la salvación de los perdidos, también debemos tomar tiempo para la meditación, la oración y el estudio de la Palabra de Dios” (DTG 329)
“La única seguridad para cualquiera de nosotros es afirmar nuestros pies en la Palabra de Dios y estudiar las Escrituras, haciendo de la Palabra de Dios nuestra constante meditación” (3MS 410)
“Sea la verdad de Dios el objeto de nuestra contemplación y meditación. Leamos la Biblia y considerémosla como la voz de Dios que nos habla directamente. Entonces hallaremos una inspiración y una sabiduría que provienen de Dios” (5TS 91.5)
“No es suficiente sólo oír o leer la Palabra; el que desea sacar provecho de las Escrituras, debe meditar acerca de la verdad que le ha sido presentada. Por medio de ferviente atención y del pensar impregnado de oración debe aprender el significado de las palabras de verdad, y debe beber profundamente del espíritu de los oráculos santos” (PVGM 39.5)
“[Dios] le dio manos para trabajar así como mente y corazón para meditar” (2MCP 626.2)
“En el estudio diario, el método que consiste en examinar un versículo tras otro es a menudo utilísimo. Tome el estudiante un versículo, concentre la mente para descubrir el pensamiento que Dios encerró para él allí, y luego medite en él hasta hacerlo suyo. Un pasaje estudiado en esa forma, hasta comprender su significado, es de más valor que la lectura de muchos capítulos sin propósito definido y sin que se obtenga verdadera instrucción” (Ed 189)
“Sería bueno que dedicásemos una hora de meditación cada día para repasar la vida de Cristo desde el pesebre hasta el Calvario. Debemos considerarla punto por punto, y dejar que la imaginación capte vívidamente cada escena, especialmente las finales de su vida terrenal. Al contemplar así sus enseñanzas y sus sufrimientos, y el sacrificio infinito que hizo para la salvación de la familia humana, podemos fortalecer nuestra fe, vivificar nuestro amor, compenetrarnos más profundamente del espíritu que sostuvo a nuestro Salvador” (1JT 518.1)
¿Al enemigo le importa que meditemos bíblicamente?
“[Satanás] Sabe muy bien cuán útiles son la meditación y la oración para mantener a los seguidores de Cristo despiertos para resistir su astucia y engaño. Mediante sus artimañas desea apartar la mente de este importante ejercicio espiritual, para que el alma no busque ayuda apoyándose en el Dios poderoso ni obtenga fortaleza de él para resistir los ataques del enemigo”. (1TPI 266)
“Con el fin de lograr su propósito de que los hombres no tengan tiempo para meditar, Satanás los mantiene ocupados en la búsqueda de la alegría y el placer, y dedicados a beber y comer” (Ev 23)
¿Quiénes meditaban?
Enoc
“Afligido por la maldad creciente de los impíos, y temiendo que la infidelidad de esos hombres pudiera aminorar su veneración hacia Dios, Enoc eludía el asociarse continuamente con ellos, y pasaba mucho tiempo en la soledad, dedicándose a la meditación y a la oración. Así esperaba ante el Señor, buscando un conocimiento más claro de su voluntad a fin de cumplirla. Para él la oración era el aliento del alma. Vivía en la misma atmósfera del cielo”. (PP 64)
Isaac
«Y había salido Isaac a meditar al campo, a la hora de la tarde; y alzando sus ojos miró, y he aquí los camellos que venían.» (RV’60 Génesis 24:63)
David
«Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.» (RV’60 Salmos 1:1-2)
Juan el Bautista
“De día y de noche, Cristo era su estudio, su meditación, hasta que su mente, su corazón y su alma quedaron llenos de la gloriosa visión” (OE 55)
Natanael
“Cuando Felipe lo llamó, Natanael se había retirado a un tranquilo huerto para meditar sobre el anuncio de Juan y las profecías concernientes al Mesías” (DTG 113)
Jesús
“El alba le encontraba a menudo en algún retiro, sumido en la meditación, escudriñando las Escrituras, o en oración” (CSI 159)
Así transcurrían los días de la vida terrenal de Jesús. A menudo despedía a sus discípulos para que visitaran sus hogares y descansasen, pero resistía amablemente a sus esfuerzos de apartarle de sus labores. Durante todo el día, trabajaba enseñando a los ignorantes, sanando a los enfermos, dando vista a los ciegos, alimentando a la muchedumbre; y al anochecer o por la mañana temprano, se dirigía al santuario de las montañas, para estar en comunión con su Padre. Muchas veces pasaba toda la noche en oración y meditación, y volvía al amanecer para reanudar su trabajo entre la gente. DTG 225.2
Pedro
«Y mientras Pedro meditaba sobre la visión, le dijo el Espíritu: Mira, te buscan tres hombres.» (RV’60 Hechos 10:19)
Pablo
«Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad.» (LBLA Flp 4:8)
Elena G. White
“Necesito tiempo para tener mi mente tranquila y compuesta. Necesito tener tiempo para meditar y orar mientras estoy ocupada en escribir” (Carta 40, 1876 a una hermana)
¿Cuáles son las consecuencias de no meditar?
“Profesan ser seguidores de Cristo, ¿pero dónde está el tiempo que necesitan para meditar y orar, y obtener alimento para el intelecto, a fin de que la mente, con la que servimos a Dios, no quede enana en su desarrollo?” (1TPI 425)
“La presunción es una tentación común, y cuando Satanás asalta a los hombres con ella, obtiene la victoria nueve veces de cada diez… La meditación y la oración los habría preservado e inducido a rehuir la posición crítica y peligrosa en la cual se colocaron cuando dieron a Satanás ventaja sobre ellos” (1JT 413)
“¿Por qué nuestros jóvenes, y aun las personas de mayor edad, caen tan pronto en la tentación y el pecado? Porque no estudian la Palabra de Dios ni meditan en ella como debieran” (MJ 301)
“El descuido de la meditación y la oración dará como resultado la declinación de los intereses religiosos” (1MCP 288)
“Siempre corremos el riesgo de olvidarnos de este gran amor, porque nos olvidamos de meditar en él y nos dejamos absorber por las cosas de este mundo” (EAJ 232)
“Muchos asisten a los servicios religiosos, y se sienten refrigerados y consolados por la Palabra de Dios; pero por descuidar la meditación, la vigilancia y la oración, pierden la bendición, y se hallan más indigentes que antes de recibirla… Al separarse de Jesús, se han privado de la luz de su presencia” (DTG 63)
“Ninguno de ustedes dedica tiempo suficiente a la meditación y a la oración. Le roban su servicio diario a Dios y ustedes mismos se enfrentan a una pérdida aún mayor que un tesoro terrenal” (4TPI 107)
¿Cuáles son los beneficios de la meditación bíblica?
«Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.» (RV’60 Jos 1:8)
“En la Palabra de Dios halla la mente temas de la más profunda meditación, las más sublimes aspiraciones… Una reverente contemplación de estos temas no puede menos que suavizar, purificar y ennoblecer el corazón, y al mismo tiempo inspirar a la mente nueva fortaleza y vigor” (CM 51)
“En la soledad, por la meditación y la oración, trataba de fortalecer su alma para la carrera que le esperaba” (DTG 67)
“La meditación y la oración son necesarias para crecer en la gracia” (2TPI 170)
“La humanidad había de encontrar felicidad tanto en el trabajo como en la meditación” (2MCP 245)
Debiéramos meditar en las Escrituras, pensando seria y sinceramente en las cosas que atañen a nuestra salvación eterna. La infinita misericordia, el amor de Jesús y el sacrificio hecho por nosotros, exigen una seria y solemne reflexión. Debiéramos espaciarnos en el carácter de nuestro querido Redentor e Intercesor. Debiéramos procurar comprender el significado del plan de salvación y meditar en la misión de Aquel que vino para salvar a su pueblo de sus pecados.Nuestra fe y amor se fortalecerán mediante la contemplación de los temas celestiales. Nuestras oraciones serán más aceptables a Dios porque estarán más mezcladas con fe y amor. Serán más inteligentes y fervorosas. Habrá una confianza más constante en Jesús, y tendremos una experiencia diaria y viva de la voluntad y el poder de Cristo para salvar a todos los que acuden a Dios mediante él (2MCP 762).
¿Cómo se practica la meditación bíblica?
Sería bueno que cada día dedicásemos una hora de reflexión a la contemplación de la vida de Cristo. Debiéramos tomarla punto por punto, y dejar que la imaginación se posesione de cada escena, especialmente de las finales. Y mientras nos espaciemos así en su gran sacrificio por nosotros, nuestra confianza en él será más constante, se reavivará nuestro amor, y quedaremos más imbuidos de su Espíritu. Si queremos ser salvos al fin, debemos aprender la lección de penitencia y humillación al pie de la cruz. (DTG 63.2)
Sería bueno que dedicásemos una hora de meditación cada día para repasar la vida de Cristo desde el pesebre hasta el Calvario. Debemos considerarla punto por punto, y dejar que la imaginación capte vívidamente cada escena, especialmente las finales de su vida terrenal. Al contemplar así sus enseñanzas y sus sufrimientos, y el sacrificio infinito que hizo para la salvación de la familia humana, podemos fortalecer nuestra fe, vivificar nuestro amor, compenetrarnos más profundamente del espíritu que sostuvo a nuestro Salvador. (1JT 517.3)
No es suficiente sólo oír o leer la Palabra; el que desea sacar provecho de las Escrituras, debe meditar acerca de la verdad que le ha sido presentada. Por medio de ferviente atención y del pensar impregnado de oración debe aprender el significado de las palabras de verdad, y debe beber profundamente del espíritu de los oráculos santos. (PVGM 39.5)
“El estudio de la Biblia requiere nuestro más diligente esfuerzo y nuestra más perseverante meditación. Con el mismo afán y la misma persistencia con que el minero excava la tierra en busca del tesoro, deberíamos buscar nosotros el tesoro de la Palabra de Dios. En el estudio diario, el método que consiste en examinar un versículo tras otro es a menudo utilísimo. Tome el estudiante un versículo, concentre la mente para descubrir el pensamiento que Dios encerró para él allí, y luego medite en él hasta hacerlo suyo. Un pasaje estudiado en esa forma, hasta comprender su significado, es de más valor que la lectura de muchos capítulos sin propósito definido y sin que se obtenga verdadera instrucción”. (Ed 189)